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viernes, 25 de enero de 2019

EL PROCESO DE DUELO

“Et quand tu seras consolé , tu seras content de m’avoir connu.”


 Le petit prince. Antoine de Saint-Exupéry


Dentro de nuestro devenir como seres humanos vamos pasando por diferentes situaciones vitales y viviendo diversos procesos de duelo. El soporte y acompañamiento en esos momentos es como un abrazo cálido que nos acoge y nos ayuda a continuar hacia adelante.


Como un abrazo simbólico queremos dedicar esta entrada a la memoria de Mª Amparo, madre de nuestra compañera y directora de Giro-Salud Carolina Soler. Nuestro acompañamiento más sincero.


Nº 55 GiroSalut. Nº 10 BarnaSalut







El proceso  del  DUELO

                                                 -Por Carlos Frigola y Eva Moya-


Con la voluntad de ayudar y acompañar durante el arduo trabajo
De reponerse a una perdida , hoy dedicamos el articulo de Girosalut al proceso de duelo.
Situación inevitable en algún momento de nuestro viaje.


Desglosaremos las cuatro etapas del proceso de duelo, para una mayor comprensión, según la postura de L.Pincus

La primera respuesta, es el estado de Shock. Colapso físico, violentos arrebatos (outbursts), retirada emocional. Negación. Incapacidad de enfrentarse a la realidad de la muerte. Una situación dada que te sorprende. Te coge desprevenido. La reacción inicial por parte de los amigos es que la persona que padece el duelo se distraiga. El primer sentimiento de quien hace el duelo es la ansiedad de saber que está solo y abandonado. Por eso necesita la presencia física de otra persona que lo acompañe.

La solución más común de una viuda, en procesos de separación o divorcio, es llevarse al hijo a dormir a la gran cama matrimonial. El Shock dura unos cuantos días.

La segunda fase es la Fase Controlada. Asuntos mundanos: pagar el funeral, ocuparse del testamento…tiene que ver con las costumbres sociales o religiosas de cada país. Aquí, todo esto actúa sobre el súper-yo de quien hace el duelo, bien expresando todos los sentimientos o dando soporte a las necesidades regresivas, de estar solo por ejemplo. Puede coincidir o no con las costumbres sociales. Depende de las necesidades del súper-yo de la persona. Es necesario siempre la presencia de la simpatía y comprensión de los otros, dando a la persona que hace el duelo un sentimiento de seguridad. Permitiendo que la vida continúe a pesar de que él esté haciendo el duelo. En esta fase controlada comienza la fase de enfrentarse a la realidad de la nueva situación y el gran dolor que significa la retirada de la libido de la persona perdida. Esta retirada hace que la persona se sienta perdida y abandonada. Comenzando el proceso de agonía y dolor mental

En la segunda etapa se empieza la tarea de enfrentarse a la realidad de la nueva situación

La tercera fase, la Búsqueda de la persona perdida parece ser que es una defensa universal automática para no aceptar el dolor ingobernable que te hace sentir la pérdida del ser amado. La búsqueda es la conducta principal para encontrar la pérdida. Los niños y los animales siempre buscan el objeto perdido fuera del campo visual momentáneo. Muchas personas en la etapa de la búsqueda manifiestan conductas de tensión, tristeza, perdida por el interés por las cosas no relacionadas con la persona perdida, cansancio…todos estos síntomas hacen que, poco a poco, se acepte la realidad de la pérdida y que la persona en el duelo vaya aceptando lentamente la nueva situación y le permita ir reconstruyendo su mundo interno. De hecho, este impulso de buscar a la persona desaparecida no se va completamente nunca.

Cuando el que hace el duelo se empieza a sentir más relajado y el dolor mental disminuye, la búsqueda llega  aun estadio de encontrar un sentido a la presencia de la persona perdida. Es decir, se detiene la búsqueda de forma compulsiva y entra en estado de encontrar un sentido a la presencia de la persona perdida. Esta “presencia” puede ser incluso reconfortante y a micha gente le ayuda a dormir. Estos estadios o periodos son inevitables. Poco a poco se va mitigando la experiencia depresiva, de desesperación que vienen y van según el momento del día. Este sentimiento esta asociado a la vergüenza, rabia, hostilidad e incluso a la ambivalencia de amor y odio hacia el objeto perdido.

Los niños pequeños a veces, se enfrentan al terror de que su odio pueda matar a su madre y después se sienten perdidos y solos por siempre más. La ambivalencia es inseparable de la culpa. La culpa de lo que has hecho o no por el objeto perdido, de lo que has dicho o no. Hecho que todavía retroalimenta más la culpa. Quizás los momentos más dolorosos y confusionales de la culpa son los momentos de triunfos de que el objeto amado está muerto y yo vivo a nivel inconsciente. Esto nos lleva a que a veces nos podemos sentir menos culpables si nos dedicamos una parte de nuestra vida a pagar la restitución, reparación de la persona perdida a través de la idealización ( que es una defensa psíquica para reducir el nivel de angustia) o la identificación ( confusión) de la persona perdida. La “identificación” parece la solución perfecta para todos los viudos y viudas. Parece pues que ya han internalizado a la persona perdida y mitiga de alguna manera el dolor de la pérdida.

Resumiendo, identificación cuidando los objetos de la persona perdida, como por ejemplo ordenando su ropa…, restitución, rabia, hostilidad y culpa están presentes en todo proceso de duelo.

En los peores casos de duelo, podríamos decir, puede haber una regresión. La persona que hace el duelo puede sentir miedo o vergüenza o hacer acciones infantiles o irracionales que las personas de su entorno no entienden. La persona que hace el duelo necesita y requiere simpatía y aceptación amorosa para sentirse seguro. Necesita contención, es decir, el papel de la madre hacia su hijo pequeño. Si no obtiene esto puede acabar en enfermedad. Depresión. Esta depresión típica se puede alternar con momentos excepcionales de madurez y autodisciplina. Llevándolo hacia la aceptación de la nueva realidad y la salud.

¿Cómo se completa un proceso de duelo? ¿Qué significa esto? Depende de cada individuo. Cada individuo ha de hacer el duelo en su espacio y su tiempo. Aquí entraríamos en la fase de adaptación.

Podríamos decir, en términos generales, que el ciclo de las cuatro estaciones del año con sus símbolos de nacimientos y duelo, podría ser el periodo “objetivo” de tiempo para completar el proceso de duelo. Aunque hay personas que necesitan mucho más tiempo para adaptarse a la nueva vida. Posiblemente el aniversario de la muerte, etc.

En general, el único criterio válido para que el duelo no se haga patológico es que la persona pueda enfrentarse de nuevo a la vida sola. De todas formas, es un proceso continuo para irse adaptando. La soledad y el aislamiento de las sociedades modernas hacen que la persona en duelo necesita siempre el soporte y la simpatía de los amigos. Es como una herida en la piel o una fractura en un hueso para que el nuevo tejido pueda crecer y cicatrizar. Podríamos decir que solamente cuando la persona perdida ha sido internalizada y se convierte en parte de la vida de uno mismo, una parte que puede ser integrada en la propia personalidad y enriquecerla podríamos decir que el proceso de duelo se ha completado. Con esta personalidad ya enriquecida y ajustada se pueden hacer nuevos planes de futuro. La represión y posponer el duelo, como por ejemplo seguir trabajando en la oficina como si no hubiera pasado nada, pueden conducir a una vida emocional empobrecida como dice Freud “ El test de la realidad nos hace ver que la persona querida ya no está, requiere que el vínculo de la libido tenga de retirarse del objeto perdido”.


Carles Frigola es psiquiatra y psicoanalista. Médico orgonomista.
Eva Moya es diplomada en magisterio. Postgrado en comunicación.
Para ampliar información en otros temas podéis consultar:
 www.wilhelm-reich.org 





jueves, 4 de octubre de 2018

SENSACIONES, EMOCIONES Y SENTIMIENTOS-LA ENVIDIA

A continuación tenéis el quinto de una serie de artículos escritos conjuntamente por nuestra compañera Eva Moya y el Dr. Carles Frigola. Este articulo ha sido publicado en el nº 54 de la revista bimensual Girosalut/ nº 09 BarnaSalut.










SENSACIONES, EMOCIONES Y SENTIMIENTOS


LA ENVIDIA


Por Carlos Frigola y Eva Moya

Siguiendo con la serie de artículos dedicados a los sentimientos y las emociones humanas, hoy hablaremos de la envidia.

Definiríamos la envidia como una forma de ataque y odio, entre otras formas de ataque existentes, que nace en un estado mental fantasioso. En esta fantasía nace un sentimiento destructivo que nos impulsa a atacar a un objeto: vecino, compañero de trabajo, hermano, etc. Hay que subrayar que esta agresión es diferente de la que se puede sentir hacia un rival. Esta agresión destructiva puede tener la forma violenta de posesión y control.

M. Klein describe la envidia como un ataque destructivo a un objeto bueno, no al objeto malo. Su postura sostiene que es de origen innato, de nuevo, sin género. Un instinto de arruinar a una persona precisamente por su bondad. De intenciones hostiles hacia un sujeto, expresado desde su fantasía, desde un estado mental de confusión y conflicto. Parece ser que esta fantasía agresiva es innata. O bien, se da en la primera infancia en donde el primer objeto envidiado, por tanto, que se quiere destruir es el pecho de la madre por las frustraciones recibidas.

Es una sensación de confusión entre aquello que es bueno y no lo es; en uno mismo y en el mundo externo más cercano. Recordemos que existe confusión cuando no hay la suficiente distancia entre el yo y el objeto.

Por ejemplo en el enamoramiento fácilmente nos podemos confundir con la otra persona. Klein mantiene que la envidia llega como un obstáculo mayor en el desarrollo de un carácter sano.

Es importante no olvidar que innato no quiere decir inmodificable pues en el curso del desarrollo del niño la modifica suficientemente como para tener una psique de evolución normal.

Por otra parte J.Steiner sostiene que el bien no puede existir de forma aislada. De aquí la ambivalencia en los objetos, que son buenos y malos a la vez. Establece un vínculo entre los objetos que son más difíciles de tolerar, los cuales a pesar de sus cualidades positivas son vivenciados como humillantes, con la aparición de sentimientos de inferioridad. No tolera la bondad del objeto. Esta singular forma de vivir un hecho positivo de forma angustiosa y dolorosa es debido a viejas experiencias siempre a nivel inconsciente. La angustia aparece cuando el sujeto se siente más confortable dando que recibiendo.

Bion propone que el vínculo entre objetos es aquello envidiado. Poe ejemplo: la envidia de un niño pequeño mirando a su madre con un nuevo niño es fácil de reconocerlo.

Es importante no olvidar que innato no quiere decir inmodificable

La envidia también provoca las identificaciones proyectivas: creer que las cualidades de otra persona son las propias. De nuevo fruto de la confusión. A nivel inconsciente es “claro”. Actúa la tendencia a establecer relaciones hostiles con un objeto bueno. Atacar a quien da satisfacción. Esto es debido a vivir en un estado mental infantil y confusional. A creerse omnipotente idealizándose uno mismo.

La envidia no tiene fin. Se podría describir como un sentimiento de insatisfacción eterna. Una voracidad que puede tener como consecuencia una acumulación de objetos echados a perder, experiencias negativas, frustrantes. Provocando más gana y ansia de apoderarse de un nuevo objeto bueno para calmar la angustia interna que no para de empeorar.

¿Qué no es la envidia? Cuando los otros nos copian actitudes nuestras de una manera repetida y sistemática. Por ejemplo: comprar una bicicleta, unos zapatos, un vestido prácticamente idéntico.
¿ De qué depende que envidiemos unos objetos o otros? ¿Por qué uno llega a envidiar? La vergüenza y la envidia se originan en las comparaciones. La envidia es producida por un sentimiento vergonzoso de inferioridad. Parece que la superioridad y la inferioridad vienen a ser los temas importantes. Son los elementos de una lucha competitiva infantil.

¿Cómo deconstruir esta fantasía llamada envidia? En primer lugar es necesario discriminar entre estados psíquicos buenos y malos. Realizando esta separación sin un odio excesivo. Si el odio es excesivo hace que se prolongue el estado confusional. Si el niño no puede salvar de ataques al objeto bueno, no tendrá una experiencia positiva de aquel objeto y no lo podrá introyectar adecuadamente, es decir, no tendrá un buen referente para futuras situaciones. No podrá tener el orden interno necesario para sus nuevas experiencias.

Los elementos de la envidia pueden ser modulados poco a poco pasando por diferentes espectros de intensidad. Como por ejemplo, un estado persecutorio, llegando a los celos incontrolables. Esto deja lugar a la admiración por la misma persona por la que sentimos celos e inferioridad, hasta finalmente, desembocar en un estado de competencia más franca y sana en la persona envidiada en un principio.

¿Es sano negarse la envidia a uno mismo? Quizás nos ayudaría, siempre desde la separación del objeto, la cual nos permite confrontar mejor la realidad, aceptarla como algo que  ha de ser tolerado y poder vivir. Acogerla como una forma de hacer frente a nuestros verdaderos deseos. Reflexionar sobre aquello que uno envidia. Aquello que se desea lleva a una situación incómoda. Demandando  energía y gran determinación. Hay que saber “sólo” si uno mismo está dispuesto a hacer este dantesco esfuerzo a cambio de construir el propio yo. ¿ Existe mayor recompensa o un final más satisfactorio?





Carles Frigola es psiquiatra y psicoanalista. Médico orgonomista.

Eva Moya es diplomada en magisterio. Postgrado en comunicación.

Para ampliar información en otros temas podéis consultar:

 www.wilhelm-reich.org 

miércoles, 26 de septiembre de 2018

SENSACIONES, EMOCIONES Y SENTIMIENTOS-EL ODIO

A continuación tenéis el cuarto de una serie de artículos escritos conjuntamente por nuestra compañera Eva Moya y el Dr. Carles Frigola. Este articulo ha sido publicado en el nº 53 de la revista bimensual Girosalut/ nº 08 BarnaSalut.








SENSACIONES, EMOCIONES Y SENTIMIENTOS

EL ODIO


Por Carlos Frigola y Eva Moya



Quizás uno de los sentimientos más primitivos y profundos que experimentamos. Pero ¿cómo se origina y cómo nos afecta?  Y lo más preocupante: porque lo ignora nuestra sociedad encubriéndolo con fachadas sociales nada genuinas de coloreadas variaciones.

Por ejemplo: la ira, el menosprecio, etc. A menudo al final de un conflicto en la hora de recreo se sugiere a los alumnos: “todos hemos de ser amigos”… ¿Ah, sí? ¿Es saludable este consejo…o simplemente políticamente correcto? ¿Cómo nace en nosotros esta aversión y repulsa profunda hacia alguien muy diferente a nosotros o por alguna cosa?, como por ejemplo la olor del tabaco, para los que lo hemos dejado después de mucho esfuerzo.

¿Quién odia más? Mujeres, hombres, niños. De nuevo la diferencia. No olvidemos que el odio está desposeído de género. El odio tampoco es genético como señalaba Nelson Mandela: “nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, origen o su religión”.

Seguidamente nombramos cuatro situaciones en donde el odio no descansa:

En primer lugar, en el caso de niños pequeños (toddlers: 1-2 años): donde aún no pueden expresar la rabia que sienten de manera oral, es decir, antes del habla. A menudo encontramos circunstancias en donde el segmento oral: la barbilla, la boca, la mandíbula, las mejillas y la garganta, descarga energía (libido). Al no tener aún la capacidad de expresar sus sentimientos con palabras aparecen los conocidos mordiscos de la guardería. Es en esta parte del cuerpo (boca) en donde se concentra la rabia. Es de recorrido o de elaboración más breve que el odio. Por lo tanto, se expresa más físicamente, más rápidamente.

El odio, en cambio, necesita más tiempo para construirse. Habita en otro segmento corporal. Más cerca del corazón, “compartiendo” espacio con el amor. “Cuanto más pequeño es el corazón más odio aloja” V. Hugo

Segundo, en una relación de pareja: donde uno de los integrantes, independientemente de su género, tiene un carácter más autoritario dejando poco o nada que negociar a la otra parte. Obligando durante años a ceder constantemente a la misma persona. En el lenguaje vernáculo, diríamos que la persona más sumisa de la pareja, “mete en cintura”, sometiéndose a una imposición a regañadientes (en contra del Self) acumulando un sufrimiento de humillación, de angustia, etc.

Estas relaciones de dominio-sumisión, siempre inmaduras e infantiles, desembocan en un sentimiento de odio profundo a nivel inconsciente de la persona sumisa hacia la persona dominante o autoritaria; el sentimiento de odio es disimulado en la superficie.

En tercer lugar, el caso del odio envidioso y los celos: aparece odio fruto de una experiencia vivida desde la confusión con el objeto. Odio hacia un amigo, hacia el trabajo, hacia el cónyuge, hacia un hermano pequeño que acaba de aparecer en la tranquila y egocéntrica vida del hijo primogénito.

En cuarto lugar, situaciones de depresión: recordamos que una de las diferencias entre los que padecen un duelo normal y los deprimidos es que estos últimos guardan un odio hacia sus seres queridos que ya no están (P. Roth). Un odio que nace de la confusión de creer que la persona que ya no está o te ha abandonado te pertenece, que no tiene vida propia.

Encontramos el odio entonces, invadiendo el segmento torácico: los pectorales, el trapecio, el romboide, los escapulares, los músculos intercostales, pulmones y corazón. Instalado de forma profunda para quedarse…”congelada” al menos durante un tiempo. ¿Qué tienen en común las situaciones previamente descritas que provocan el sentimiento de odio y la agresividad?

“Encontramos el odio en el segmento torácico: los pectorales, el trapecio, el romboide, los escapulares, los músculos intercostales, pulmones y corazón”

La diferencia. En esta diferencia, lucha delos instintos que cada persona libra en su interior, se va acumulando la agresividad. Ahora ya sabemos que esta libido apilada se descarga de una forma y otra. No se puede postergar ad vitam pues engendraría aún más sentimiento de odio.

¿Cómo modificamos este sentimiento tan arraigado por otro más ligero y sano? Con diálogo. Discutiendo, analizando para fragmentar. Dividiendo la mente en partes emocionales más simple. Más sencillas, para llegar a entender la situación. Conversando con uno mismo, con la ora parte o otras partes y con paciencia.

Esto amplía nuestro umbral de tolerancia a la diferencia. Si el odio se construye durante años, ha de existir pues un diálogo largo y profundo para derrocarlo. Desmenuzar el odio hará brotar durante la larga etapa de deconstrucción de la mente toda una serie de inevitables emociones nada agradables  a las que habremos de encarar.

Como apunta el Dr. J. Steiner nos sentiremos: “ perturbados, sensibles, vulnerables, desconcertados, incómodos, cansados, inadecuados, incorrectos, desfigurados, postergados, degradados, avergonzados, subestimados, difamados, desacreditados, deshonrados, humillados…”

Quizás tendríamos que aspirar a una sociedad que pueda coexistir con la pulsión de muerte (Freud). Dar salida de alguna manera a la agresividad sana, a nuestra “parte animal” que genera conflicto en lo social no sólo negarlo o controlarlo sistemáticamente. Tener la oportunidad de poder descargar el exceso de energía en lugares controlados, como durante la práctica de una actividad deportiva. Más correcto seria trabajarlo psicoanalíticamente (W.Reich). Estudiar por qué esta parte animal-agresiva pero sana rompe la armonía. Cuestionar los valores, probablemente obsoletos, que cuadriculan de forma sagaz nuestro tejido social. Que aún decretan nuestra forma de vivir.

El delito de odio esta castigado en el Código Penal, igual que el fomento de la violencia entre grupos o personas por motivos de etnia, racistas, ideológicos o religiosos. Por otra parte, sentir odio y expresarlo de una forma pacífica y creativa como las narices rojas de los payasos o los gags humorísticos y las letras de las canciones de los raperos no tendrían que ser considerados un delito. Aquí entraríamos en el campo de la psicopolítica y la utilización partidista del odio para fines electorales.

En próximas ediciones de Girosalut_Barnasalut seguiremos nuestro camino observando los sentimientos humanos para entenderlos. Para poder ordenarlos y explicarlos mejor. En el siguiente número hablaremos del deseo de aquello que tiene otro: la envidia.


Carles Frigola es psiquiatra y psicoanalista. Médico orgonomista.

Eva Moya es diplomada en magisterio. Postgrado en comunicación.

Para ampliar información en otros temas podéis consultar:

 www.wilhelm-reich.org 







jueves, 24 de mayo de 2018

SENSACIONES, EMOCIONES Y SENTIMIENTOS-LA VERGÜENZA

A continuación tenéis el tercero de una serie de artículos escritos conjuntamente por nuestra compañera Eva Moya y el Dr. Carles Frigola. Este articulo ha sido publicado en el nº 52 de la revista bimensual Girosalut/ nº 07 BarnaSalut.





SENSACIONES, EMOCIONES Y SENTIMIENTOS

LA VERGÜENZA

Por Carlos Frigola y Eva Moya


Siguiendo con la serie de artículos dedicados a los sentimientos y emociones humanas, hoy hablaremos de la vergüenza. Intentaremos definirla y entender su origen. También sugeriremos como acompañarla para aliviarla.

En primer lugar, el concepto de vergüenza lo podríamos definir como un mecanismo de defensa específico dentro de los diferentes que existen en el conglomerado organizativo del aparato psíquico. Es necesario tener presente que este tipo de defensa se despliega para hacer la experiencia más soportable más ligera. Aunque el precio a pagar sea una pérdida sensible de la libertad. Sentirse expuesto, observado, ser visto…sentirse sin protección provoca sentimientos de turbación y de vergüenza. Incluso de humillación. Como si alguien nos mirara de forma crítica, juzgandonos de manera condenatoria. Recordemos que la vergüenza no es reflexiva, como explicamos en el último artículo sobre la culpa. Son estos sentimientos interculturales, universales. Todo el mundo los padece. No lo es la timidez, por el contrario, que es adquirida y tiene que ver con el carácter.

Ver y ser visto, donde J. Steiner sugiere que en la suficiente distancia- fuera de la confusión con el objeto como podría ser por ejemplo en el enamoramiento- es donde podemos apreciar tanto las cualidades buenas como las malas del objeto. Este poder ver o que te vean hace surgir diversas ansiedades que se han de cotejar. El autor propone la experiencia de ser vistos como una vivencia sin protección, desnudos, observados de manera crítica provocando malestar. Este estado de incomodidad inicia un movimiento concreto de la energía interna, libido/ impulso o agresividad sana, de nuestro cuerpo. Esta energía se mueve desde el propio núcleo (self), que es nuestra parte más íntima, atraviesa la armadura caracterológica (defensa muscular) instalándose en la superficie de la piel y los ojos (segmento ocular). Este impulso libidinal pide un objeto contenedor. Busca una respuesta empática por parte de la madre o bien de una persona que ofrezca comprensión y amor.

Si existe una respuesta empática por parte de la madre como podría ser una mirada aprobadora, esta excitación libidinal desaparece al quedar satisfecha y contenida. Diríamos que la vergüenza es acompañada y desaparece. La mirada comprensiva de la madre actúa como un espejo (mirroring) donde el niño o bebé puede reflejarse sintiéndose seguro. No juzgado. No experimenta turbación. Contrariamente, si no hay respuesta empática- quizás en forma de rechazo, de ignorancia, de indiferencia…- o la respuesta es insuficiente, la excitación libidinal que se ha instalado en los ojos (segmento ocular) y en la superficie de la piel de la cara queda allí estancada y se manifiesta entonces como un afecto de vergüenza.

Dicho de otra manera, la energía interna (libido), que siempre se descarga de una forma o de otra, lo hace dentro de un vacío emocional por la falta de un objeto contenedor. Se puede experimentar una sensación de rechazo devastadora por falta de acompañamiento (mirroring). Niños y adultos podemos mostrar vergüenza por haber mostrado nuestras necesidades y ser estas ignoradas o despreciadas.

Históricamente, se podría situar su origen en la conocida y romántica narración relatada en la biblia en donde la pareja es expulsada del Edén. En este preciso momento los dos protagonistas sienten, más bien, padecen la humillación y la vergüenza de ser mirados por un ser fantasioso y “superior”. Juzgados por haber cometido una falta.

Desde un punto de vista comunitario la expresión sentir “vergüenza ajena” la podríamos contextualizar en el caso en donde un objeto o un sentimiento es expuesto a la dura mirada de la comunidad. La vergüenza puede surgir en el ser humano como consecuencia de ser desposeído de una identidad grupal o de ser expulsado de un grupo primario. La vergüenza, que hace de guardián de la moralidad pública y de la ortodoxia (científica, cultural, política, religiosa, etc.) es básicamente un fenómeno social. Es capital recordar justo en este punto los matices entre moral (costumbre heredada y repetida) y ética (actitud adquirida, reflexionada, auténtica, a menudo  alejada de la costumbre social).

La palabra hebrea bosh (vergüenza) significa ser expuesto a un cuestionamiento dentro de un grupo. Ser excluido de la comunidad a la que uno siente que pertenece y con cual se ha identificado. La vergüenza interpretada desde la vertiente de la moral (repetir las costumbres sin trabajo de reflexión) tendría una importante función de seguridad, supervivencia y de cohesión social pues el animal (persona) expulsado del grupo o que decide abandonar voluntariamente el grupo  será  expuesto inmediatamente al ataque de los depredadores, cosa que no le pasa al animal que siempre vive en grupo, en comunidad. Otros autores (R. Velasco) creen que la vergüenza es una función social. Que en un principio puede ser producida por las expectativas o reacciones de la madre o otros significantes y después se internaliza como vergüenza. Otros (J.Lientenburg) concluyen que podría ser un afecto pre-programado, ya desde el mismo nacimiento.

En este sentido, la razón de ser de las instituciones, de las sociedades y de los grupos científicos y culturales que protegen a sus miembros del gran poder depredador del tiempo, del olvido, de los nuevos paradigmas que van sustituyendo a los viejos, de los modelos culturales que se ofrecen y de los incesantes progresos sociales a los que serian inevitablemente expuestos si estos miembros decidieran abandonarlas. Estas instituciones protegen a sus integrantes a través de la vergüenza, del ataque de los depredadores que toman forma de los constantes cambios científicos, culturales y sociales.

Padecer vergüenza, humillación, sentirse rechazado, no querido…podría dar lugar a la aparición de la venganza, del odio. Pero… ¿este odio de donde nace? Y aún más preocupante, ¿como lo tratamos?
En próximas ediciones de Girosalut indagaremos sobre el odio y la ira, siempre tan presente en nosotros y a la vez tan peligrosamente ignorado.


Carles Frigola es psiquiatra y psicoanalista. Médico orgonomista.

Eva Moya es diplomada en magisterio. Postgrado en comunicación.

Para ampliar información en otros temas podéis consultar: www.wilhelm-reich.org 





sábado, 7 de abril de 2018

SENSACIONES, EMOCIONES Y SENTIMIENTOS-LA CULPA

A continuación tenéis el segundo de una serie de artículos escritos conjuntamente por nuestra compañera Eva Moya y el Dr. Carles Frigola. Este articulo ha sido publicado en el nº 51 de la revista bimensual Girosalut/ nº 06 BarnaSalut.







SENSACIONES, EMOCIONES Y SENTIMIENTOS

LA CULPA

Por Carles Frigola y Eva Moya

Siguiendo con la serie de artículos dedicados a los sentimientos y emociones humanas, hablaremos hoy del implacable mordisco hacia uno mismo de la culpa. Intentaremos definirla, explicarla y sobretodo…como curarla.

De definiciones encontramos una larguísima lista sobre esta temida prisión emocional. Es como un peso que nos invalida y nos chafa. Nunca duerme. Nunca descansa ni nos deja descansar. Se prolonga tanto que nos da demasiado tiempo para reflexionar. Una reflexión incluso persecutoria. ¿En que pensamos cuando sentimos culpa? Sentir culpa por no haber hecho suficiente y evitar perder la pareja, un trabajo, un amigo...

¿Por qué sentimos esta losa tan desagradable que nos lo roba todo?: la libertad a sentir de nuevo, de producir nuevos sentimientos, de intentar nuevos proyectos. Roba el presente. Nos hace esclavos de nosotros mismos. Obedeciéndola. Venerándola. Como el mismo Dios judaico; recordando que la culpa es bíblica, “naturalmente”. Bien, sabido es que de natural no tiene nada. ¿Dónde nace? ¿Cómo podemos convertirla en tan omnipotente? Es nuestra deuda. Nos vigila, nos obliga, nos hace sumisos. Nos reprime fuertemente en nuestro anhelo. Estricta, exigente, petrificada: super-yoica.

¿Cómo explicar pues, el origen de este sentimiento? Recordamos la biblia por ejemplo, en donde la culpa es contemplada bajo una pátina religiosa. La conocida mancha del pecado original. También puede tener un origen típicamente social: en donde una persona responsable puede transgredir una norma o ley (moral, civil o penal) de la comunidad en la que vive. Analicemos dos ejemplos que originan el sentimiento de culpa: en primer lugar, nombraremos la horda primordial, aquella tribu nómada, primitiva en donde se mata al líder y se lo comen. Después la comunidad sufrió un gran sentimiento de culpa, individual y colectiva, que dio lugar como consecuencia a normas (leyes, constituciones, etc.) para evitar la repetición del crimen. El segundo ejemplo estaría en la situación en donde el niño pequeño se siente desconsolado y culpable ante la posibilidad de que hubiera hecho daño a la persona que lo quiere, la madre (Klein). En estas dos situaciones vemos como se origina la culpa. Son las dos configuraciones en dónde encontramos sentimientos ambivalentes. Es decir, sentimientos amorosos y sentimientos de hostilidad.

Las dos representan como todo vinculo pasa obligatoriamente por sentimientos de “doble corte”. Aprecio al líder, incluso me gustaría ser como él pero a la vez  me molesta para conseguir lo que quiero. Se ha de aniquilar o derrotar políticamente. Estos ataques, inevitables, a los objetos buenos, despiertan ansiedad y sentimientos ambivalentes (amor-odio) que se pueden traducir por la palabra: culpa. Un anhelo insatisfecho, proyecciones (fantasías) falladas…hacen surgir también este sentimiento cuando nos damos cuenta que hemos hecho mal o hemos perdido a la persona (objeto) amado. Toda esta amalgama de dobles sentimientos tiene efecto igualmente en el tejido cultural y social. Por ejemplo, los independentistas tendrían de sentirse culpables de serlo, si lo miramos desde el punto de vista del Estado Español.

¿Cómo curarse de esta angustia que nos deja respirar, que no nos deja vivir como querríamos? Nos ayudaría en gran medida ser conscientes de lo que se oculta a un nivel secundario- más profundamente que la fachada social- detrás de la culpa: rabia. Rabia no expresada, no descargada. Reprimida. Esta rabia, en principio sana, no puede atravesar la armadura caracterológica (defensa muscular, W. Reich).

Esta energía no puede llegar a la superficie de la piel para obtener una respuesta emocional esperada. Por tanto, choca contra la armadura y vuelve a nuestro interior transformada en culpa y enojo. Este proceso se repite una y otra vez. Paralizando nuestras acciones: no dejo la pareja porque siento culpa, o aún más duro seria sentir culpa porque la pareja me ha dejado; no cambio de trabajo, no digo lo que pienso, etc.…Empezamos a ser conscientes de que todo aquello no expresado, postergado en exceso nos hace volvernos neuróticos. Abruptamente, surgen en nuestro cuerpo contracturas, rigideces y otras somatizaciones. Existe toda una ciencia, la farmacología, para paliar y disimular las molestias colaterales de la culpa. Se ha de tener presente que nunca trabaja la raíz del conflicto.

¿Nos salvaría quizás maquillarla en un viaje o unas exóticas vacaciones en un “paraíso emocional”? Buscando sensaciones más que fuertes. Poniendo a prueba el propio cuerpo: mordiscos de serpientes, insectos venenosos, selvas peligrosas, la suciedad, el sexo por el sexo, elementos climáticos hostiles, etc. Todas estas situaciones (super-yoicas) superadas y expuestas- envueltas- en forma de gesta que a menudo enmascara una flagelación postmoderna de un alma en pena en un intento vacuo para eximirse de la culpa. ¿O bien me libero “olvidando” como sugerimiento de “salud vigorosa” según Nietzsche?

Bien, un sugerimiento seria, más bien, retirar la inversión de energía en aquel objeto o vivencia que me hace sentir culpa; en esta situación es necesario construir distancia. Separación Atravesar un proceso de duelo del objeto siempre es una tarea lenta y ardua.

El silencio y la soledad (mental) son ahora buenos aliados en este “poner orden” interno. También un buen acompañamiento psicoanalítico (W. Reich). Lejos de distracciones, ellos nos ofrecen un espacio mental seguro en donde revivir ideas y sentimientos para “trascenderlos”, superarlos. Un espacio de contención, de protección en donde pueda “pagar” simbólicamente la deuda de la culpa.

Analizar para deshacer y desmontar aquello que me hace sentir culpable. Dejando ir la rabia que se oculta detrás. La consecuencia inevitable: quedarse solo. Esta soledad me obsequia un territorio de orden para poder leer con una nueva luz y entender que ha pasado realmente. Es entonces, cuando se expresa la rabia terapéutica, que inicia el orden interno. El orden es capital para desvanecer y enjuagar la confusión. Licuando el movimiento de boomerang de la culpa; restaurando progresivamente la tranquilidad en uno mismo.

Es  en este lugar de calma, separados del objeto, donde me regenero sin olvidar nunca. Esta consciencia, darse cuenta, comprender viviendo la propia tristeza rompe la “compulsión de repetición” (Freud). Sólo tomando consciencia pasando por un duelo del objeto se puede dejar de repetir. Lo que en lenguaje vernáculo expresa: dejamos de tropezar dos veces con la misma piedra.

Quizás, la experiencia diaria seria más placentera si viviéramos en un tiempo más ligero, etéreo…más helénico. Como lo orquestaban los maestros de la tragedia griega afirmando que al fin y al cabo la culpa del mundo la tenían los Dioses.

En próximas ediciones de Girosalut seguiremos hablando sobre la vergüenza que a menudo se confunde con la culpa e intentar disolver poco a poco los estados de confusión emocional.

Carles Frigola es psiquiatra y psicoanalista. Médico orgonomista.

Eva Moya es diplomada en magisterio. Postgrado en comunicación.

Para ampliar información en otros temas podéis consultar: www.wilhelm-reich.org y el blog; 



martes, 6 de marzo de 2018

SENSACIONES, EMOCIONES Y SENTIMIENTOS


 A continuación tenéis el primero de una serie de artículos escritos conjuntamente por nuestra compañera Eva Moya y el Dr. Carles Frigola. Este articulo ha sido publicado en el nº 50 de la revista bimensual Girosalut/ nº 05 BarnaSalut.









SENSACIONES, EMOCIONES Y SENTIMIENTOS

Por Carles Frigola y Eva Moya

Es este el primero de una serie de artículos dedicados a los sentimientos y emociones humanas básicas, las desgranaremos de manera orgonómica (del organismo) para facilitar la comprensión de éstas e intentaremos comprender su funcionamiento siempre imprevisiblemente complejo. Observaremos y notaremos como se mueve la energía corporal de uno mismo en estos diferentes estados emocionales.
Toda esta energía o “fuerza de la naturaleza” que invade nuestro interior está constantemente en movimiento. Esta energía fluctúa: ahora se acumula, ahora se descarga, Oscilación similar a la respiración. Un vaivén de ritmo singular en cada individuo, diferente en cada sujeto.

Este movimiento energético despierta sentimientos y emociones fruto de las interacciones que tenemos con nuestro entorno. Este contexto en cual existimos se modifica y nos modifica perpetuamente de acuerdo con la cultura, la comunidad y la época que nos toca vivir. Un claro ejemplo que ha hecho aflorar sentimientos y emociones intensas y diversas ha estado la situación histórica, cultural y política vivida en las últimas semanas en Cataluña.

Para llevar a término este desglose de las emociones consultaremos el método del psicoanálisis de W. Reich (1897-1957). En una secuencia de la serie de televisión de la BBC sobre la India Británica de los años 40 La joya de la Corona, un psiquiatra, que había tenido éxito en sacar a una joven paciente de un estado depresivo, fue preguntado en el marco de una reunión que tipo de psiquiatra era si freudiano o jungiano. El replicó que creía en el psicoanálisis que proponía Wilhelm Reich el cual pensaba que las tensiones corporales, el poder de expresarse emocionalmente sin bloqueos y una vida sexual satisfactoria eran los tres pilares donde descansaban una buena salud física  y mental.

 ¿Por qué han tenido tanto éxito sus ideas? Probablemente sea debido a haber ganado el conflicto que tenemos planteado todos los hombres y mujeres del siglo XXI entre el homo conmotio contra el homo loquens. Estos principios en confrontación, viejo dilema todavía en nuestra época, lo expresaban claramente en la antigua Grecia con los personajes de Dionisio- en representación de la vida, la voluntad y los sentidos -contra Apolo con el rol de la razón, el equilibrio, el orden y la moderación.

Por lo tanto sería contraponer, las emociones contra las palabras, el sentimiento contra las ideas, la experiencia por encima del discurso intelectual. Para Reich, la salud es la cualidad emocional en que el ser humano vive su propia vida, la posibilidad de vida que más se identifique: dejando fluir libremente la energía en el interior de su organismo. El lenguaje popular lo expresa de una forma mucho más gráfica: “Le hierve la sangre de entusiasmo”, “manos frías, corazón caliente”

En este sentido comentaremos que las emociones humanas básicas sanas son tres: La rabia, el placer y la ansiedad.

En primer lugar, diremos que la rabia o la agresividad sana se produce cuando el flujo de energía corporal se dirige y se expresa hacia los músculos. Como por ejemplo durante la práctica de una actividad deportiva.

Seguidamente el placer o la expansión aparecen cuando la energía fluye hacia la piel, notando que los genitales son la parte más especializada de la piel.

Y finalmente la ansiedad que surge cuando el flujo de energía se dirige desde la periferia del organismo ( piel) hacia los órganos internos, provocando una contracción del organismo que se siente como un malestar interior, Por ejemplo, delante de una situación hostil externa donde permanecemos impotentes el flujo de energía corporal cambiará. Este irá hacia nuestro interior. No tendrá oportunidad de descarga: Causando ansiedad, molestia, opresión, inquietud.

Existen dos emociones  adicionales, subsidiarias más complejas: el anhelo y la tristeza. En el anhelo, el flujo energético va dirigido básicamente hacia el pecho, los brazos, la boca y la pelvis. Se experimenta como un deseo de unión, de acoplamiento con otro ser humano y se exprese como una necesidad de buscar a alguien querido, o a alguien que no está presente, pero que es deseado. Es la necesidad de contacto emocional.

La tristeza, en cambio, es una reacción a una pérdida y al duelo. Entendiendo el proceso de duelo como una pena o sufrimiento fortalecedor durante el cual se deja de invertir la energía de uno mismo en situaciones o personas (objetos) determinados que se convierten en pasado.
Durante este proceso “de dejar” objetos antiguos en cual sentimos tristeza estamos al mismo tiempo recapitalizando nuestra energía para volverla a inventir posteriormente en otras actividades, en nuevas personas. En ella (en la tristeza) existe también anhelo, pero en este caso no hay ninguna posibilidad de acoplamiento y realización, así que el ser humano simplemente se contrae de una forma natural, cambiando la dirección de su flujo de energía hacia el interior. Aquí hemos de separar la tristeza como emoción básicamente humana de la depresión, que se produce cuando la rabia vuelve de nuevo a dentro del organismo y no hacia el exterior como por ejemplo cuando se hace deporte. La depresión- que contiene rabia neurótica, es decir, rabia no liberada- es casi siempre auto-destructiva.

A estas cinco emociones básicas hemos de añadir dos estados más: la anorgonia y la armadura. La anorgonia es el resultado de la retirada súbita de la energía del cuerpo, que se experimenta como una gran debilidad general. La armadura tiene lugar cuando la energía queda estancada en una zona corporal y es inmovilizada por una contracción muscular muy fuerte. La energía no fluye a través del organismo. Se experimenta como un agarrotamiento.

Existen dos emociones humanas añadidas más complejas todavía: La vergüenza y la culpa. Son dos impulsos naturales y sanos en su origen con comportamientos de flujos energéticos diferentes. La diferencia principal entre la vergüenza y la culpa es que únicamente la segunda, la culpa, te da tiempo. Te concede un espacio mental: es reflexiva. Se puede llegar a convertir en un reflexionar persecutorio: ya que vuelve y retorna como un boomerang a nuestro interior al no poder atravesar la armadura caracterológica. La vergüenza, en cambio, traspasa la armadura y transcurre de una manera más afable, llegando hasta la piel. La vergüenza no es reflexiva.

En próximas ediciones e Girosalut seguiremos profundizando en las emociones y sentimientos más complejos como el resentimiento, el odio, la ira, la envidia, el deseo, el miedo, la venganza, el remordimiento…abriendo así paso a un nuevo camino hacia a un paraje de equilibrio personal en donde poder construir. En donde reinventar nuestras potencialidades.

Carles Frigola es psiquiatra y psicoanalista. Médico orgonomista.

Eva Moya es diplomada en magisterio. Postgrado en comunicación.

Para ampliar información en otros temas podéis consultar: www.wilhelm-reich.org 







sábado, 3 de febrero de 2018

EL CAMBIO CLIMÁTICO Y EL DESIERTO EMOCIONAL

Es un hecho comprobado a través de la experiencia personal individual que algo está pasando con el clima, poco a poco las personas van tomando conciencia de estos cambios y  también se va ampliando la conciencia de como estos cambios nos afectan en todos los niveles.

Wilhelm Reich trabajó sobre la conexión entre la armadura del ser humano y el fenómeno de desertización y trabajó, desde un enfoque funcional, en la búsqueda de un principio funcional común.

Compartimos en esta ocasión este interesante artículo sobre el cambio climático publicado por el Dr. Carles Frigola en el  nº 49/nº4 de la revista bimensual GiroSalut & BarnaSalut. 





EL CAMBIO CLIMÁTICO Y EL DESIERTO EMOCIONAL

De la misma forma que las espinas y los aguijones sirven a las plantas y a los animales para poder sobrevivir en las condiciones más extremas de los desiertos del planeta (cactus, escorpiones, serpientes de cascabel, etc.) diversas corazas emocionales como si fueran una armadura protectora son utilizadas por algunos hombres y mujeres para poder sobrevivir en los ambientes hostiles y violentos de las sociedades postmodernas de principios del siglo XXI.

Wilhelm Reich fomentó la hipótesis de la conexión entre la formación de la armadura en el ser humano y el fenómeno e la desertización; entre el desierto geográfico y lo que él calificó como el desierto emocional

En los países industrializados causantes del cambio climático por el efecto invernadero, aunque alejados de los climas desérticos experimentan las mismas características desérticas, o manifestaciones extremas de hechos psicosociológicos y medioambientales. Los podemos observar por separado:

1.- El aumento de la incidencia del crimen/violencia; del número de asesinatos, del aumento escalonado durante los últimos 40 años de las violaciones y de la violencia domestica. La sociedad actual parece haberse vuelto cada vez más violenta.

2.- Un estudio de la Universidad de Indiana, demostró una incidencia alta de crímenes y de otros actos delictivos en cuatro ciudades que se encuentran cerca de centrales nucleares, comparándolas con otras cuatro ciudades escogidas al azar.

3.-A pesar de no existir ningún estudio comparativo, la incidencia de abusos físicos y sexuales a niños, así como el abandono y la desaparición de menores parece ser tan alta que podría considerarse como una epidemia a escala mundial.

4.-La tasa de enfermos de cáncer y otras enfermedades infecciosas han aumentado de forma alarmante durante los últimos 35 años. Aquí incluimos el Sida.

5.- Actualmente es un fenómeno reconocido que el clima de nuestro planeta ha cambiado en las últimas décadas. Nos enfrentamos a temperaturas extremas dentro de la fluctuación climática, con valores aterradores de calor y frío, lluvia y sequía. En el mes de noviembre de 1988, Barcelona tuvo la mínima de este mes durante los últimos 50 años y la máxima cantidad de lluvia registrada durante los últimos 30 años. Esta misma ciudad registró en agosto de 1987 su temperatura más alta del siglo, con 38,6 °C. En 2017 hemos tenido el mes de junio más caluroso del siglo con temperaturas de más de 40 grados. El invierno de 2010 ha estado el mas crudo de los últimos años con inundaciones en Andalucía y vientos de más 220 Km/h en Galicia.

6.-Durante la última década se han conseguido los records de actividad de los huracanes, aparecen por todo el planeta inundaciones, tsunamis, tormentas y nevadas totalmente imprevisibles, como la de abril de 2010 en la Costa Brava que dejó sin luz a más de 300 mil abonados. En setiembre de 2017, el huracán Irma con inundaciones en Texas.

7.- Los incendios forestales, están aumentando en todos los países. En 1986 destruyó la montaña de Montserrat y en el verano de 1998 se quemó la Cataluña central. En el 2003 se quemó l’Albera, las llamas llegaron hasta Llançà. En 2009 murieron cinco bomberos de la Generalitat en el incendio de Horta de Sant Joan. Otros incendios de grandes dimensiones en Australia y San Francisco, han sido noticia. El último más grande en Portugal en 2017.

8,-La Fundación Lahey de Boston ha detectado una nube de aire sucio que se encuentra situado desde Canadá hasta Cuba, consistente en pequeñas partículas de contaminación que se mantienen en suspensión por medio de una “fuerza física mucho más grande que la misma gravedad terrestre”. Esta nube de polución es resistente a la influencia de cualquier fenómeno, incluso las tormentas más fuertes.

9.-La mayor parte de los países de la Tierra han padecido la plaga de la sequía. Existe la creencia  de que este desafortunado fenómeno se hará todavía más grande y afectará a más territorios. La primavera del 2008 Cataluña padeció la sequia más grave de su historia reciente y tuvo grandes problemas con el agua.

10.- El agujero de la capa de Ozono  en la Antártida preocupa seriamente a los científicos, según datos de la BAS. Por otra parte la radiación ultravioleta es muy peligrosa para el organismo humano. El deshielo está provocando un aumento de gas metano que va subiendo hacia la superficie terrestre y en 2017 se ha desprendido un iceberg del tamaño e la isla de Mallorca. El sol es cada vez más abrasador.

11.- La lluvia ácida está cayendo en la mayor parte de las zonas de la tierra. Las estadísticas describieron un valor de acidez anual con valores entre 2,1 y 5 pH durante las tormentas aisladas. Estas cifras representan un incremento 100 veces superior al valor del pH existente sólo unas décadas atrás.

12.- Los partos con cesárea, lejos de ser una excepción se han convertido en un protocolo rutinario de los hospitales, auténticas factorías de producir nacimientos con cesáreas en serie. De cada 4 partos uno es con cesárea.

13.- Según la universidad de Tokai (Japón) existe una corrección estadística significativa acción-reacción entre las pruebas nucleares subterráneas (China, India, EUA, Francia, etc.) y los terremotos en áreas muy pobladas del planeta (Haití, Chile, Italia). El de Méjico cuatro días después de la prueba nuclear subterránea de Corea del Norte en septiembre del 2017.

Viendo estos datos, nos encontramos delante de dos caminos: o bien pensar que estos fenómenos poseen cualidades diversas y no tiene nada en común, o bien, sintetizar estos hechos a través de un enfoque funcional, buscando un principio común.

Los médicos orgonomístas buscamos un principio común para explicar estos hechos observados, así como para otras informaciones disponibles. Hemos relacionado el desierto emocional de nuestra civilización con el efecto de una nueva energía desconocida hasta hoy y que llamamos ORANUR (Radiación Orgonómica Antinuclear) y con las causas que la están produciendo. Hablaremos de ella en las próximas publicaciones de GiroSalut.

El Dr. Carles Frigola es psiquiatra, psicoanalista. Premio Pascual y Prats del Colegio de Médicos y de la Agrupación de 
Ciencias Médicas de Girona. Dip. Por la Tavistock Clínic y el Institute of Group Analysis de Londres. Es Director de la Fundación Wilhelm Reich. Miembro del American College of Orgonomy. Autor de diversos libros. Trabaja en la Clínica de Medicina Orgonómica de Creixell, Borrassà.






jueves, 18 de enero de 2018

ENTREVISTA AL DR.CARLES FRIGOLA

Retomamos las publicaciones en el blog en este nuevo Año 2018 en el que os queremos desear, recordando algunos de los versos de Itaca del poeta griego Konstantinos Kavafis, que sea largo vuestro camino.

"  Cuando emprendas tu viaje a Itaca
 pide que el camino sea largo,
 lleno de aventuras, lleno de experiencias
.....
Pide que el camino sea largo
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues-¡ con que placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes"


Hoy compartimos esta entrevista realizada al Dr. Carles Frigola publicada en el nº 48 de GiroSalut/ nº03 de BarnaSalut. en la que nos permite ir descubriendo su formación académica y su trayectoria profesional Esperamos que la disfruteis.








ENTREVISTA AL DR.CARLES FRIGOLA

El Dr. Carles Frigola es un referente muy importante para nosotros y ha colaborado con GIROSALUT desde su inicio aportando interesantes conocimientos y diversas técnicas y tratamientos para el desarrollo emocional. Después de 8 años colaborando juntos nos complace publicar esta entrevista para que podais conocer mejor su trayectoria académica y su trabajo profesional.

Dr. Frigola, usted es médico, psiquiatra y psicoanalista. ¿ Cómo fueron los inicios de su profesión?

Empecé siendo el médico de Perelada y Pont de Molins, siguiendo la tradición de mi padre, que era médico titular de Borrassà y localidades agregadas. Posteriormente me formé como psiquiatra en el Hospital Clínico de Barcelona con el profesor Dr.R. Sarró, el cual habia sido discípulo de Sigmund Freud.

Pero también continuó formándose en Londres…

Efectivamente y durante varios años asistí a la Tavistock Clinic, que era y sigue siendo uno de los mejores centros del mundo en Psicoanálisis. Allá conocí profesionales de la talla de Bion, el creador de los grupos terapéuticos; de Bowlby, primer estudioso de la figura del vínculo y del aferramiento; de Meltzer y su mujer M. Harris, que estudiaron los estados emocionales de la mente y su influencia en el ámbito familiar; de Laing creador de la antipsiquiatria y de Foulkes, creador del “ group-analysis”. Todos estos y otros profesionales fueron mis profesores.

¿Cómo describe su experiencia vital en Londres?

Cuando llegué tenia 31 años y en España todavía estaba la dictadura. Allí me di cuenta del significado de la palabra democracia, entendida como libertad de pensamiento y elección. Todo era nuevo para mi y participé en todas las experiencias personales y profesionales que podían ser para mi enriquecedoras. Así en el campo de la medicina naturista, pude conocer al Dr. Sharma, antiguo médico personal de Gandhi, y participé con Sir John Trevelien en la creación del primer “Mind and Body Festival”. También viví y trabajé en la comunidad terapéutica de la Philadelphia Asociación con los doctores R.D. Laing y A. Esterson, creadores de la antipsiquiatría y conocí monjes budistas exiliados del Tibet, que hicieron que me interesara por el budismo, así como tuve el privilegio de conocer personalmente a la Dra. Eva Reich.

¿ La hija de Wilhelm Reich, el famoso psicoanalista?

Exactamente, fué ella quien me introdujo en el trabajo de su padre. El Dr. Reich entendía la mente y el cuerpo como una totalidad, donde las emociones están arraigadas en el cuerpo y toda persona tiene “congelada” toda su historia personal en su cuerpo físico y en su estructura de carácter. Wilhelm Reich fué el pionero de las terapias psico-corporales actuales, integrando por primera vez el cuerpo físico en el psicoanálisis, lo cual dió lugar a la Orgonomía.

¿ Y qué quiere decir la palabra Orgonomía?

Deriva del nombre “organismo” y se refiere a una nueva ciencia que va más allá de la medicina psico-somática y que en nuestro país es poco conocida. En mis libros he escrito sobre la importancia del análisis de carácter de cada persona y en la observación y tratamiento de los problemas físicos, emocionales y mentales de las personas por medio de la terapia orgonómica, a cual va más allá del propio psicoanálisis.

¿ También Wilhelm Reich habló del cambio climático?

Efectivamente, pues durante mi formación en Orgonomía estudié las consecuencias meteorológicas del cambio climático y cómo éste afecta a todas las personas a nivel físico y psicológico. En nuestra Clínica Naturista de Creixell investigamos sobre el tema y también realizamos el test bio-energético de Reich con una gota de sangre del paciente, ya que mirándola en vivo en el microscopio se puede saber el estado de salud de la persona, a través del análisis de su carga bioenergética y de la contaminación medioambiental que presenta. También trabajamos con el ORAC, que es un acumulador de energia para personas que necesitan una mayor carga energética dentro de su tratamiento.

¿ Cúal es su aportación al Psicoanálisis y  a la Orgonomía?

En los siete libros que he publicado hasta ahora se pueden encontrar mis aportaciones que se resumen en: 1) Dar a conocer y difundir la ciencia de la Orgonomía en lengua Española. 2) Demostrar la existencia de una posición ocular en todo desarrollo psíquico, tanto si es normal como patológico, y que viene dado por la mirada de la madre, la cual tiene una importancia capital en la mentalización emocional de recién nacido hasta los seis meses. 3) Aportaciones en el test bio-energético de la sangre, observando la auto fluorescencia de las hematíes así como su contaminación.

¿ Cómo ha cambiado la sociedad desde que empezó?

En psiquiatria y psicoanalisis todo ha cambiado. Hoy las depresiones, las adicciones, los trastornos de la personalidad y la patología de las relaciones familiares de todo tipo, están a la orden del dia. Nos hemos “pasado de vueltas”, pués de una sociedad autoritaria hemos pasado al “ todo vale”, y en consecuencia, todo el mundo está desorientado y confuso. Por otro lado han mejorado mucho las neurociencias, y los psiquiatras y psicoanalistas hemos hecho grandes avances en la comprensión del funcionamiento de la mente humana y en la capacidad de entender los estados emocionales de las personas y, por esto, podemos tratar patologías que antes eran imposibles de ser tratadas.


El Dr.Carlos Frigola es psiquiatra, psicoanalista. Premio Pascual y Prats del Colegio de Médicos y de la Agrupación de Ciencias Médicas de Gerona. Dip. Tavistok Clínic y Institute of Human Relations. Londres.

Director de la Fundación Wilhelm Reich. Miembro del American College of Orgonomy. Autor de diversos libros. Trabaja en la Clínica de Medicina Orgonómica de Creixell. Borrassá. Tel. 972 50 62 91. www.wilhelm-reich.org y en el blog: compartir-wilhelmreich.blogspot.com