domingo, 13 de noviembre de 2022

EL CONCEPTO ORGONÓMICO DE CORAZA (I)

Continuando  nuestro trabajo de dar a conocer al publico en general la obra de W. Reich así como un acercamiento a su figura. En este ocasión  subimos al blog un artículo que nos habla sobre que entendemos en orgonomía por coraza. El articulo fue publicado en la revista de Sciencies Orgonómiques 1r année nº1 en 1986 por el Dr. Morton Herskowith. Este artículo forma parte del fondo de documentación de la Fundación Wilhelm Reich en Creixell-Girona

( El texto que podéis leer a continuación lo hemos traducido del original  del que disponemos que está publicado en francés. )






Sciencies Orgonómiques 1r année nº 1 -1986

 

EL CONCEPTO ORGONÓMICO DE CORAZA

 

Dr. Morton Herskowitz

Psiquiatra Orgonomista, Filadelfia

Maestro asistente en psiquiatría del Colegio de Medicina Osteopática de Filadelfia

Miembro senior del Colegio Americano de Neuro-psiquiatría

Miembro del Colegio Americano de Orgonomia

 

…Lo propio de la coraza es ser a la vez un proceso fisiológico y psicológico. La coraza es el anclaje fisiológico de las emociones reprimidas. Esta represión de las emociones pone en juego dos fuerzas: la fuerza de todo lo que está reprimido i que intenta constantemente de exteriorizarse, la fuerza que reprime y que rechaza constantemente el material reprimido. Esta constante oposición de fuerzas consume constantemente la energía. El hombre para mantener su coraza, se nutre  sin cesar de la energía que debería estar a la disposición libre de su organismo y, la disipa en la incesante batalla que libra para enterrar sus emociones.

Aunque Reich descubrió el acorazamiento y lo ha explicado de manera científica, el hombre siempre ha sido consciente de la existencia de la coraza y  ha reaccionado a ella. Los grandes escritores la han observado muy claramente cuando describían los caracteres. El apretado fruncimiento de los labios y las fosas nasales dilatadas; anunciaban lagrimas; el aliento contenido indicaba  que se abstenían de expresar algo que necesitaba ser escondido en el último minuto. El artista había sido capaz de leer y de transmitir correctamente lo que estaba detrás de la expresión mostrada. Nuestra reacciona estas descripciones a estas geniales descripciones indicaban que nosotros también, estábamos al corriente. Era necesario quizás recordárnoslas través de explicaciones verbales  a fin de que pudiéramos tener plena consciencia, pero ya las conocíamos en lo mas profundo de nosotros mismos.

De una forma o de otra, cada uno de nosotros modela sus propias respuestas interpersonales leyendo la coraza de los otros. Diremos de un individuo con la cabeza alzada que es inflexible. Nos mal fiaremos de la rabia furiosa contenida en las mandíbulas apretadas. Nos desesperamos de comunicar nuestras exigencias a una persona con ojos apagados. Sentimos algo sexual a la vista de alguien que lleva su pelvis hacia adelante, mientras que no sentimos nada en absoluto en el caso contrario.

La capacidad de leer en la coraza de otro es en parte una función de nuestra propia coraza. Es obvio que una persona con los ojos ausentes chocará con los muebles, se ahogará en un vaso de agua y mirará a los otros sin verlos.  Sin embargo, no es evidente para una persona con el pecho tenso apercibirse que la mayoría de las otras personas retienen su aliento. Cuando su pecho esta libre, por el contrario, sienten netamente la tensión en el pecho de los otros, lo que obliga a hacer los mismo. Es más fácil respirar libremente en presencia de alguien que respira libremente. Por el contrario, si estoy vagamente consciente de expresar desprecio con mis labios y estoy avergonzado, cuando percibo (incluso inconscientemente) el desprecio en los labios de otros, puede nacer una antipatía instantánea, incluso si no sé mucho de ellos. Cuanto más acostumbrados estamos a nuestra coraza hasta el punto de ser uno con ella, menos nos daremos cuenta de la de los otros. Únicamente cuando nosotros estamos libres de la coraza en un punto determinado de nuestro cuerpo podemos detectarla en los otros.

El problema de la coraza esta relacionado no solamente con la salud física y emocional sino también con la percepción de las cosas y la manera de ver el mundo que nos envuelve. En el curso de los siglos, el hombre no acorazado ha estado víctima de los hombres acorazados. Cuando él veía las cosas con claridad estos respondían: “¡Yo también tengo ojos para ver, pero no veo nada!” La mujer de la pelvis acorazada diría: “Yo no he sentido una sensación semejante en mi vagina”. Hasta este momento hemos estado siempre incapaces de distinguir un organismo que funciona de una forma sana y natural de un organismo enfermo. Sin diferenciarlos los hemos llamado “organismos” y les hemos atribuido las mismas cualidades. Olvidándonos de asociarles el calificativo “acorazados”, nos hemos lanzado a un error semántico  en el más alto grado y he aquí que hemos llegado a la confusión total.

La contribución de Reich no radica simplemente en el hecho de haber atraído nuestra atención sobre los procesos de formación de la coraza, sino también en el hecho de haber descrito como este fenómeno sigue sus propias leyes en el contexto de la economía de la energía de nuestro organismo. Existe una diferencia esencial entre la simple observación y descripción de un fenómeno y su encuadre en la justa perspectiva científica, Durante siglos ciertamente hemos sido capaces de mover el agua en los abrevaderos o de ver las manzanas caer de los árboles, pero no hemos aprendido nada de nuestro universo.

Reich nos ha mostrado que allí en donde hay represión emocional existe también contracción del protoplasma del organismo. Esta contracción somática que tiende a volverse crónica con el tiempo bloquea y retiene la energía y reduce la libre pulsación de nuestro cuerpo: es una verdadera coraza que nos aprisiona de por vida. Nuestra coraza física caracteriza nuestro cuerpo de la misma forma que nuestra coraza caracterial determina nuestro comportamiento. La coraza es el punto de conexión entre la biología y la psicología. En otras palabras, el acorazamiento es el anclaje fisiológico de todo comportamiento patológico. La elucidación del concepto nos ha dado una base solidad que nos permite mirar con más claridad lo que pasa en el mundo y evaluar al hombre en referencia al universo que le envuelve. Es pues el medio con el que podemos determinar cuando y como el hombre se ha desviado de su propia naturaleza. No ha habido nunca un descubrimiento de una importancia tan grande para el género humano.

Si estamos todos acorazados (y lo estamos) entonces durante siglos  la historia de la humanidad ha sido la historia de animales tullidos en sus emociones y en su psique. Nuestras revoluciones y nuestras religiones han fallado en hacernos libres por la simple razón que después de luchar por liberarnos, nos hemos encontrado siempre en el interior del mismo capullo, un capullo que tejemos nosotros mismos sin cesar. El hombre acorazado por un lado crea las instituciones que le prometen liberarlo de su prisión (“Amar a Dios y seréis salvados”) pero que por otro lado lo retienen de inmediato en su coraza a perpetuidad. Ya que, en verdad, nosotros somos como el prisionero a largo plazo que, habiendo estado enfermo desde su juventud, se ha instalado cómodamente en su prisión. Como el prisionero nosotros también esperamos con impaciencia el día de nuestra liberación, pero al mismo tiempo tenemos un miedo oculto de ser dejados al aire libre, a la luz, frente a lo desconocido del mundo exterior. Este miedo condiciona todos nuestros gestos, todas nuestras acciones, todas nuestras opiniones.

Un dibujante caricaturista de la vieja escuela representaría la ASPIRACION como una criatura a punto de volar hacia arriba batiendo sus alas hasta el punto que podríamos creer que vuela. Per esta criatura está retenida en su  impulso por los pies, que están enterrados en la boca de una bestia mítica de ojos astutos, la CORAZA HUMANA.

(Continúa...)