Continuando nuestro trabajo de dar a conocer al publico en general la obra de W. Reich así como un acercamiento a su figura. En este ocasión subimos al blog un artículo que nos habla sobre que entendemos en orgonomía por coraza. El articulo fue publicado en la revista de Sciencies Orgonómiques 1r année nº1 en 1986 por el Dr. Morton Herskowith. Este artículo forma parte del fondo de documentación de la Fundación Wilhelm Reich en Creixell-Girona
( El texto que podéis leer a continuación lo hemos traducido del original del que disponemos que está publicado en francés. )
Sciencies Orgonómiques 1r année nº 1 -1986
EL CONCEPTO ORGONÓMICO DE CORAZA
Dr. Morton Herskowitz
Psiquiatra Orgonomista, Filadelfia
Maestro asistente en psiquiatría del
Colegio de Medicina Osteopática de Filadelfia
Miembro senior del Colegio Americano
de Neuro-psiquiatría
Miembro del Colegio Americano de
Orgonomia
…Lo propio de la coraza es ser a la vez un proceso fisiológico
y psicológico. La coraza es el anclaje fisiológico de las emociones reprimidas.
Esta represión de las emociones pone en juego dos fuerzas: la fuerza de todo lo
que está reprimido i que intenta constantemente de exteriorizarse, la fuerza
que reprime y que rechaza constantemente el material reprimido. Esta constante
oposición de fuerzas consume constantemente la energía. El hombre para mantener
su coraza, se nutre sin cesar de la
energía que debería estar a la disposición libre de su organismo y, la disipa
en la incesante batalla que libra para enterrar sus emociones.
Aunque Reich descubrió el acorazamiento y lo ha explicado de
manera científica, el hombre siempre ha sido consciente de la existencia de la
coraza y ha reaccionado a ella. Los
grandes escritores la han observado muy claramente cuando describían los
caracteres. El apretado fruncimiento de los labios y las fosas nasales
dilatadas; anunciaban lagrimas; el aliento contenido indicaba que se abstenían de expresar algo que
necesitaba ser escondido en el último minuto. El artista había sido capaz de leer
y de transmitir correctamente lo que estaba detrás de la expresión mostrada.
Nuestra reacciona estas descripciones a estas geniales descripciones indicaban
que nosotros también, estábamos al corriente. Era necesario quizás
recordárnoslas través de explicaciones verbales
a fin de que pudiéramos tener plena consciencia, pero ya las conocíamos
en lo mas profundo de nosotros mismos.
De una forma o de otra, cada uno de nosotros modela sus
propias respuestas interpersonales leyendo la coraza de los otros. Diremos de
un individuo con la cabeza alzada que es inflexible. Nos mal fiaremos de la
rabia furiosa contenida en las mandíbulas apretadas. Nos desesperamos de
comunicar nuestras exigencias a una persona con ojos apagados. Sentimos algo
sexual a la vista de alguien que lleva su pelvis hacia adelante, mientras que
no sentimos nada en absoluto en el caso contrario.
La capacidad de leer en la coraza de otro es en parte una
función de nuestra propia coraza. Es obvio que una persona con los ojos
ausentes chocará con los muebles, se ahogará en un vaso de agua y mirará a los
otros sin verlos. Sin embargo, no es
evidente para una persona con el pecho tenso apercibirse que la mayoría de las
otras personas retienen su aliento. Cuando su pecho esta libre, por el
contrario, sienten netamente la tensión en el pecho de los otros, lo que obliga
a hacer los mismo. Es más fácil respirar libremente en presencia de alguien que
respira libremente. Por el contrario, si estoy vagamente consciente de expresar
desprecio con mis labios y estoy avergonzado, cuando percibo (incluso
inconscientemente) el desprecio en los labios de otros, puede nacer una
antipatía instantánea, incluso si no sé mucho de ellos. Cuanto más
acostumbrados estamos a nuestra coraza hasta el punto de ser uno con ella,
menos nos daremos cuenta de la de los otros. Únicamente cuando nosotros estamos
libres de la coraza en un punto determinado de nuestro cuerpo podemos
detectarla en los otros.
El problema de la coraza esta relacionado no solamente con la
salud física y emocional sino también con la percepción de las cosas y la
manera de ver el mundo que nos envuelve. En el curso de los siglos, el hombre
no acorazado ha estado víctima de los hombres acorazados. Cuando él veía las
cosas con claridad estos respondían: “¡Yo también tengo ojos para ver, pero no
veo nada!” La mujer de la pelvis acorazada diría: “Yo no he sentido una
sensación semejante en mi vagina”. Hasta este momento hemos estado siempre
incapaces de distinguir un organismo que funciona de una forma sana y natural
de un organismo enfermo. Sin diferenciarlos los hemos llamado “organismos” y
les hemos atribuido las mismas cualidades. Olvidándonos de asociarles el
calificativo “acorazados”, nos hemos lanzado a un error semántico en el más alto grado y he aquí que hemos
llegado a la confusión total.
La contribución de Reich no radica simplemente en el hecho de
haber atraído nuestra atención sobre los procesos de formación de la coraza,
sino también en el hecho de haber descrito como este fenómeno sigue sus propias
leyes en el contexto de la economía de la energía de nuestro organismo. Existe
una diferencia esencial entre la simple observación y descripción de un
fenómeno y su encuadre en la justa perspectiva científica, Durante siglos
ciertamente hemos sido capaces de mover el agua en los abrevaderos o de ver las
manzanas caer de los árboles, pero no hemos aprendido nada de nuestro universo.
Reich nos ha mostrado que allí en donde hay represión
emocional existe también contracción del protoplasma del organismo. Esta
contracción somática que tiende a volverse crónica con el tiempo bloquea y
retiene la energía y reduce la libre pulsación de nuestro cuerpo: es una
verdadera coraza que nos aprisiona de por vida. Nuestra coraza física
caracteriza nuestro cuerpo de la misma forma que nuestra coraza caracterial determina
nuestro comportamiento. La coraza es el punto de conexión entre la biología y
la psicología. En otras palabras, el acorazamiento es el anclaje fisiológico de
todo comportamiento patológico. La elucidación del concepto nos ha dado una
base solidad que nos permite mirar con más claridad lo que pasa en el mundo y
evaluar al hombre en referencia al universo que le envuelve. Es pues el medio
con el que podemos determinar cuando y como el hombre se ha desviado de su
propia naturaleza. No ha habido nunca un descubrimiento de una importancia tan
grande para el género humano.
Si estamos todos acorazados (y lo estamos) entonces durante
siglos la historia de la humanidad ha
sido la historia de animales tullidos en sus emociones y en su psique. Nuestras
revoluciones y nuestras religiones han fallado en hacernos libres por la simple
razón que después de luchar por liberarnos, nos hemos encontrado siempre en el
interior del mismo capullo, un capullo que tejemos nosotros mismos sin cesar.
El hombre acorazado por un lado crea las instituciones que le prometen
liberarlo de su prisión (“Amar a Dios y seréis salvados”) pero que por otro
lado lo retienen de inmediato en su coraza a perpetuidad. Ya que, en verdad,
nosotros somos como el prisionero a largo plazo que, habiendo estado enfermo
desde su juventud, se ha instalado cómodamente en su prisión. Como el
prisionero nosotros también esperamos con impaciencia el día de nuestra liberación,
pero al mismo tiempo tenemos un miedo oculto de ser dejados al aire libre, a la
luz, frente a lo desconocido del mundo exterior. Este miedo condiciona todos
nuestros gestos, todas nuestras acciones, todas nuestras opiniones.
Un dibujante caricaturista de la vieja escuela representaría
la ASPIRACION como una criatura a punto de volar hacia arriba batiendo sus alas
hasta el punto que podríamos creer que vuela. Per esta criatura está retenida
en su impulso por los pies, que están
enterrados en la boca de una bestia mítica de ojos astutos, la CORAZA HUMANA.
(Continúa...)