Vis Natura Medicatrix
La naturaleza cura. La naturaleza
por si misma ya es terapéutica y cuando su diseño es consciente el efecto
sanador aumenta. Esto es un jardín terapéutico.
Dr. Carles Frigola
JARDINES
TERAPÉUTICOS
Una década de
experiencias terapéuticas
El objetivo de un jardín
terapéutico es curar a las personas reiniciando la importante relación que
existe entre el ser humano y la naturaleza. Ha de ser un lugar en donde el
paisajismo y la medicina natural se unan y coexistan. Sus elementos básicos
son:
El Sol. La luz solar es la que da
los diferentes matices de las plantas, genera ambientes, calienta y nos baña de
rayos solares que son muy beneficiosos para la salud.
El Agua. El elemento que ayuda a
obtener el nivel óptimo de humedad, el agua en movimiento tiene un sonido
relajante y nos purifica. Por otro lado, anula los efectos tóxicos del DOR o
energía muerta.
La Vegetación. Los árboles son
elementos de una elevada carga energética y de gran estética visual, nos
proveen de oxígeno puro.
Las Plantas. En ellas observamos
la salud y nos mimetizamos vibrando en su frecuencia natural de los colores.
Las Flores. Sus colores nos
alegran, cambian nuestro estado de ánimo y nos proveen de aromaterapia.
La Tierra. Nos vincula con el
sentido cinestésico y con la relación que todos tenemos con la gravedad
terrestre, porque con cada paso que damos caminando amortiguamos nuestro cuerpo
y cada puñado de tierra o de barro entre nuestras manos, con estos olores tan
especiales, nos retornan del pasado al momento presente.
El Aire. El aire es el vehículo
de sanación que está presente constantemente en nuestro entorno, pero el aire
fresco del que nos proveen las plantas nos hace tomar conciencia y nos cura. A
nivel físico el oxígeno puro es un sedante del sistema nervioso. Por tanto, nos
relaja y a partir de una buena respiración, nos cura.
El jardín terapéutico no es un
jardín cualquiera, sino un jardín adaptado para hacer terapias en él. En inglés
la actividad en el jardín se llama:” nature assisted therapy” y son diversas
las terapias que se pueden hacer en el exterior, dando importancia a la
relación entre las personas y la naturaleza.
Durante los últimos diez años ha aumentado
el interés por los jardines terapéuticos, de la misma manera que por muchas
otras terapias (arte-terapia, músico-terapia o animal-terapia con caballos,
etc.). Una posible explicación de este cambio de actitud que fomentan las
terapias alternativas, podrían ser los efectos beneficiosos (sin necesidad de
utilizar medicamentos) por la ansiedad, el nerviosismo, el insomnio y la
depresión que padecemos la mayoría de los humanos del siglo XXI, así como otros
problemas neurológicos derivados del cambio climático, como la perdida de
equilibrio, los vértigos y el empeoramiento cognitivo, ya que todos ellos bajan
mucho la cualidad de vida de las personas.
El nombre de jardín terapéutico
es sólo uno de los numerosos nombres empleados en la literatura para este tipo
de jardines. Así encontramos, el jardín de los sentidos, los jardines de salud,
los jardines curativos meditativos, baños de bosque, etc. Normalmente todos
estos jardines y bosques comparten los mismos objetivos; se han creado para
despertar la motivación y la curiosidad, ganas de vivir y para dar sensación de
seguridad.
En todos ellos encontramos
elementos y plantas que suenan cuando se mueven con el viento; que interactúan
a través del agua; con olores que desprenden cuando se tocan; troncos de árboles
que se pueden abrazar y pequeños espacios rodeados de verde, que son un oasis
para los sentidos y que nos llenan de voluntad y deseo de participar.
Aquí se podrían incluir cabañas
de madera para realizar actividades, como la ceremonia del té de origen
japonés.
En la Universidad Sueca de
agricultura, Alnarp, se han evaluado e investigado las características
importantes que ha de tener un jardín terapéutico; La teoría parte de la
pirámide de necesidades de las personas en diferentes estados de ánimo mental y
emocional.
En la base de la pirámide está la
fase del malestar, depresión, traumas y estrés. La persona en esta fase busca reflexión
y su atención se dirige hacia su interior. Esto se refleja en el jardín con
cercas y árboles que protegen y envuelven a la persona. Se implanta una
naturaleza más simple con pocos estímulos.
A medida que la persona mejora su
estado mental, se pueden utilizar estímulos más fuertes, utilizando colores y
olores, incluso con la participación activa en tareas como paseos y
horticultura. En el jardín se incluyen zonas de cultivo y árboles frutales, así
como zonas para actividades participativas como mesas de trabajo, paseos para
sentir, etc. Los resultados de las evaluaciones han permitido entender los elementos
y las características para poder diseñar un jardín terapéutico que mejore la
calidad de vida de las personas.
DR. Carles Frigola, es psiquiatra
y psicoanalista. Medico Orgonomista. Premio Pascual Prats del Col.legi de Metges y de la Agrupación de Ciencias Médicas
de Girona.
Trabaja en la Clínica de Medicina
Orgonómica de Creixell (Borrassà) Telf. 972 506 291
Para más información sobre estos
y otros temas, así como sobre el alojamiento terapéutico y los trabajos en
grupo que se realizan en el Mas Morató, podéis consultar,
Facebook: Fundació Wilhelm Reich