LA MEDICINA ORGONÓMICA
Las estructuras del Carácter
El carácter socio-político
III
Dr. Carles Frigola
En la conferencia internacional
sobre terrorismo que tuvo lugar en Jerusalén, en 1979, se adoptó la siguiente
definición:" Terrorismo es el asesinato sistemático y deliberado que
amenaza y mutila a las personas inocentes para inspirar terror y conseguir, con
esto, fines políticos". Tal definición, aunque muy pragmática, es inexacta
desde el punto de vista de la psicología de masas. Fue W Reich quien interpretó
" fines políticos" como " fines caracterológicos", que son
la expresión del carácter humano dentro de la escena social.
J.Q. Wilson, profesor de la
ciencias políticas de la Universidad de Harvard, señala la diferencia entre
terrorismo y guerrilla: " esta última dirigida contra el ejercito militar
de un poder de ocupación, una fuerza usada para alterar cierto orden político y
militar, a fin de hacer imposible el
mantenimiento de cualquier clase de orden o poder". Sin embargo, en una
sociedad con elecciones libres, debates parlamentarios y una oposición
legitima, es mucho mas despreciable y vil que cuando el terror ocurre en una
sociedad donde no existe ninguna posibilidad de cambios alternativos.
¿Por qué es tan difícil
comprender el actor de terror? De acuerdo con W. Reich existen tres niveles en
la estructura caracterial humana: 1) la fachada social, que es lugar de la
ética y la moral. La ocupa el yo y el ideal del yo.2) El nivel secundario que
contiene "todo el mal" del hombre acorazado; el odio contra la vida,
el espíritu de venganza y todos los impulsos
asesinos. Es el lugar del instinto de muerte de Freud y donde se encuentra el
súper yo. 3) El núcleo biológico sano, que es el responsable del avance de la
humanidad: la construcción de un mundo mejor y más justo el cual deberemos
entregar a las generaciones futuras: “la llama que nunca se apaga” (Popper). Es
el núcleo altruista del ser humano y el lugar que ocupa también el ideal del
yo.
Técnicamente hablando el terrorismo
es el resultado de la explosión de toda la estructura caracterial humana que
permite al individuo “pasar por alto” todas las inhibiciones inconscientes y
dirigirla hacia afuera de la manera más monstruosa y atroz, sin ninguna clase
de escrúpulo. Una explosión volcánica de todo el nivel secundario de la coraza
caracterial que debería permanecer siempre inconsciente.
P. Mathews, profesor de psicología
social de la Universidad de Nueva York, señala que los terroristas utilizaran
todos sus recursos para oponerse a la solución de los problemas políticos. Harán
todo lo que esté a su alcance, se aliarán con quien sea (incluyendo alianzas
con criminales) para impedir toda “solución política” y llevar al Estado al
borde de la destrucción.
Es precisamente esta “causa
profunda” la verdadera motivación del carácter de la plaga emocional. Pero, en
este sentido, los terroristas de “despacho” son un hecho trágico que debemos
señalar. Ellos también harán todas las alianzas corruptas que sean necesarias;
ellos han llevado al Estado, a la Banca o a la Sociedad del Bienestar al borde
de la destrucción; ellos se consideran a sí mismos como “una elite poderosa”
que puede ponerse por encima de la voluntad de la mayoría.
Existen actualmente dos clases de
plaga emocional: los fanáticos del estado islámico que masacran a los inocentes
en todo el mundo y, por otra parte, los terroristas de taje gris y corbata que
han sido los responsables de la crisis social y económica que estamos viviendo
.
Las actividades de los
fundamentalistas nos conducirán, como ha remarcado J.Q.Wilson, a un
totalitarismo de un color u otro. Desafortunadamente, ni el sentido común, ni
las leyes parlamentarias funcionan con las personas con una estructura de carácter
de la plaga emocional. Es necesario “desenmascararlos”, como decía Reich.
El fenómeno del reclutamiento de
los fundamentalistas a escala mundial, que es ya irónico en sí mismo, es
también posible dentro de una sociedad democrática donde se encuentra la forma
más alta de libertad. Libertad que tolera incluso la expresión de odio
subversivo de sus ciudadanos. En el fondo como señala P. Matews, este odio por
una sociedad más libre es, al mismo tiempo, un odio por la libertad en general.
La libertad es intolerable para estas personas acorazadas, que sólo conocen un
solo mecanismo de descarga: el terror. Un mecanismo de control social que tuvo
su comienzo con la revolución francesa de Robespierre en 1793. Y que todavía
sigue existiendo. Un ejemplo reciente en Rusia con el asesinato de los líderes
opositores a Putin.
Frente a la plaga emocional, ¿debemos
rendirnos a la evidencia que un pesimismo realista comporta? ¿Cómo, pues,
organizar concretamente la sociedad según los criterios de la democracia? Para
empezar, ¿una política auténticamente democrática no sería otra cosa que la desmitificación
radical de toda la clase política?: un pensamiento de W. Reich que parece que
han tomado como suyo Podemos. Sin embargo, Podemos, disfrazado de “buenas intenciones”
de una “nueva hermandad universal” y de una “nueva burocracia política sin
burocracia” en el fondo propone una sovietización de la sociedad española, y
por ello, se encuentra dentro del carácter de la plaga emocional.
Los políticos profesionales
todavía son capaces de tener miedo cuando un político de élite -el tesorero de
algún partido político- parece creer a todas luces en su propio sinsentido.
Entonces todos los demás colegas se ponen en guardia. Estamos acostumbrados a
la idea de que la mayoría de gente creerá a ciegas lo que los “políticos decentes”
dicen. El peligro es que tales políticos “decentes” algún día pueden dejar de
ser unos cínicos.
Quiero terminar haciendo una
reflexión sobre el carácter de la plaga emocional, que puede tomar la forma de
burocracia extrema, difamación, racismo, usura, corrupción, estafa, desfalco y
conducta antisocial y sectaria. Tenemos muchísimos ejemplos en España. Su
pensamiento no sirve, tal como ocurre con los demás caracteres políticos- que
hemos descrito en Girosalut- para conducirle a una conclusión correcta; al
contrario, le sirve para confirmar una conclusión irracional previa o para racionalizar
tal conclusión. Este carácter funciona solo por prejuicios. Es intolerable al
pensamiento racional e inaccesible a la argumentación. Cualquier cosa que
contradice su modo de vivir o de pensar
provoca su cólera y su oposición sistemática. Sin embargo, su opinión política sistemática
está tan bien camuflada, a través de los modos socialmente aceptados, que es
muy difícil detectarlo.
El carácter de la plaga emocional
explota la sexualidad natural y sana de los jóvenes a los que manipula y los
convierte en objetos pasivos de consumo. Por este motivo el carácter de la
plaga emocional odia el trabajo creativo: una carga y una responsabilidad que este
carácter no puede tolerar. Es un moralista puritano en los casos más benignos y
en los casos peores toma la forma del terrorista de traje gris y corbata, que
acostumbra a disfrazarse de periodista, escritor o tertuliano de la radio o la
televisión.
Frente al terrorismo interior de
la plaga emocional, Freud dejó muy claro que nada se podía hacer al respecto.
Nuestra civilización esta fundada en la represión y, la represión social está
porqué el hombre se ha vuelto contra sí mismo (violencia, tortura, genocidio, desastres
medioambientales, cambio climático, etc.).
Sin embargo, todavía soy
optimista. Creo que el “animal humano” es un organismo vivo dotado de capacidad
creadora (trabajo), de la consciencia ( conocimiento) y del deseo de armonía social
( amor). “El amor, el trabajo y el conocimiento son las fuentes de la vida y,
por lo tanto, deben gobernarla”, repetía Reich.
Los individuos que se colocan en
los extremos del espectro sociopolítico, como caracteres de la plaga emocional,
raras veces buscan ayuda terapéutica. Si lo hacen su rigidez caracterial está
muy bien estructurada y casi siempre está dirigida hacia el exterior
(proyección). Su brutalidad y su venganza inconscientes crean en el terapeuta
fuertes sentimientos de contra-transferencia: es un reto a veces difícil de
manejar.
El Dr.Carlos
Frigola es psiquiatra, psicoanalista. Premio Pascual y Prats del Colegio de
Médicos y de la Agrupación de Ciencias Médicas de Gerona. Dip. Tavistok Clínic
y Institute of Human Relations. Londres.
Director
de la Fundación Wilhelm Reich. Miembro del American College of Orgonomy. Autor
de diversos libros. Trabaja en la Clínica de Medicina Orgonómica de Creixell.
Borrassá. Tel. 972 50 62 91.
www.
Wilhelm-reich.org y en el blog: compartir-wilhelmreich.blogspot.com