LOS ESTADOS EMOCIONALES DE LA NATURALEZA
La orgonomía es la ciencia que trata de la energía orgónica cósmica. Esta energía ha tomado diferentes nombres a lo largo de las civilizaciones; Chi, Prana, Eter i muchas otras. Wilhelm Reich la llamó orgone, debido a que la descubrió en el organismo de sus pacientes.
Reich estudió la sexualidad cuando formaba parte de la sociedad psicoanalítica de Viena i era uno de los discípulos de Freud. Las técnicas terapéuticas de Reich estaban destinadas a desbloquear la energía embalsada en el organismo y así liberar las tensiones psíquicas y somáticas. En el fondo trataba de buscar la unidad funcional de los fenómenos biológicos i la encontró en la función del orgasmo: la secuencia bio-energética de expansión y contracción: (tensión-carga-descarga-relajación), que representa la fórmula de la vida.
Las Ciencias Orgonómicas engloban diversas disciplinas: la física, la medicina, la biología y las ciencias sociales. Todas contribuyen a la afirmación de la Vida que es la finalidad esencial de las Ciencias Orgonómicas.
La hipótesis Gaia considera el planeta tierra como un organismo vivo y los humanos somos unos de los seres más afortunados, ya que tenemos consciencia de nosotros mismos i estamos arraigados a la naturaleza, de la cual venimos y a la que algún día volveremos.
Muy pocos toleran el placer directo de estar en contacto con la naturaleza. Lo simple, lo inmediato, lo directo, es lo que más recelos tiene el hombre neurótico. Por lo tanto hemos de abandonar la “socialitis” de las grandes ciudades, alejándonos del inevitable contacto con la fachada social e iremos adentrándonos hacia los impulsos primarios naturales
La naturaleza es simple, inmediata i directa. Las manifestaciones básicas de la energía orgónica que toman su expresión en la naturaleza son: el anhelo, la ansiedad, la alegría, la rabia i la tristeza. Cada una de estas emociones representan los diferentes estados de humor dela energía orgónica atmosférica. El paisaje esta atento: la naturaleza esta mirando, buscando, escuchando. Los vientos están muy cansados, incluso diríamos que están cansados. El cielo muestra muy pocas nubes que pueden aparecer de repente, o llegan a nuestra vista” procedentes de ninguna parte”.
Para describir este estado atmosférico, lo podríamos comparar, a nivel humano, con el de una mujer que está esperando un barco que se divisa en la lejanía i en el que vuelve su marido, que es pescador, Uno siente una especie de pacífico movimiento. Las hojas, las rocas, los arboles, la flores y el mismo sol expresan estas cualidades del anhelo.
El cielo tiene una cualidad vacía, “caliente” pero que todavía es viva, vital y activa. La nitidez de los arboles lejanos es débil; su visión está un poco nublada, opaca, como imprecisa y vaga. Nada es brillante. Desde el punto de vista orgonómico, podríamos decir que la atmosfera está agotada, pero todavía se encuentra expandida.
Cuando este periodo se alarga, tal como pasa en una atmosfera en estado de polución se puede llegar a un estado de tristeza profunda, que en términos ambientales llamaríamos sequía.
Probablemente sea la tristeza el estado más frecuente en que se encuentra la atmosfera en nuestro planeta. El color azul, asociado a la tristeza, es el color básico de la energía orgónica. Cuando esta se contrae, el azul se vuelve más intenso y profundo y puede observarse en la cumbre de las montañas. Cuando predomina el anhelo, el azul es más claro incluso grisáceo.
Rabia atmosférica es una emoción de descarga asociada a un estado de ansiedad. Puede expresarse de una forma inmediata y natural, como en el caso de una tormenta acompañada de relámpagos, truenos, lluvia intensa y granizo. También es el caso de una tormenta con vientos huracanados que literalmente “barren una región”.
Entonces el cielo se muestra furioso, enfadado, sombrío; todas estas expresiones siempre son activas. El potencial destructivo para tales expresiones violentas de rabia atmosférica siempre esta presente, sobre todo en aquellas regiones con gran cantidad de polución ambiental. Como si la naturaleza quisiera “limpiarse” de una forma radical de los desastres humanos.
El DOR atmosférico: (Deadly Orgone Energy o Energía Orgónica Muerta). La desertización esta causada por el comportamiento extremo de la atmosfera, una característica que ha surgido en los últimos treinta años. La causa de este comportamiento es el DOR que ya esta presente por todas partes en nuestro planeta.
En una atmosfera limpia, luminosa, pulsátil (por ejemplo en el Pirineo) las nubes crecen de una forma bien delimitada y absorben gran cantidad de energía orgónica, captando así el agua y la humedad. Existe pues un equilibrio en la atmosfera que es capaz de cargarse y descargarse, según la fórmula de Reich. Se carga por la mañana y se descarga (lluvia) por la tarde como pasa en el Pirineo.
La coraza-DOR de la atmosfera actual destruye esta secuencia natural y rítmica, de la misma forma que la coraza humana (armadura caracterial) destruye la capacidad del organismo viviente de expandirse y contraerse de una forma unitaria; dando lugar a enfermedades.
En ambos casos, tanto en el humano como en el atmosférico, la coraza-DOR impide la pulsación, lo que da lugar a la manifestación extrema de sequia-inundación. Observando el gráfico, vemos que la sequia y las inundaciones son dos procesos antitéticos de un mismo principio común funcional: el DOR.
La pulsación armoniosa de la atmosfera ha estado sustituida por violentos extremos de expansión y contracción; de sequia y de inundación; de calores extremas no habituales, a estaciones de fríos intensos. Este funcionamiento espasmódico, continuo y lento, es la causa fundamental del desarrollo de los desiertos, donde la temperatura fluctúa entre el calor diurno extremo, al frio nocturno. En el caso que existan precipitaciones, estas son anuales y lo arrasan todo. Para restaurar la pulsación atmosférica necesitamos un programa global, dando prioridad a la eliminación del DOR.