En la entrada correspondiente al 23 de Septiembre el Dr. Frigola nos hablaba sobre el carácter impulsivo. En esta ocasión en su artículo publicado en el número 36 de la revista GiroSalut nos habla del carácter límite o borderline.
LA
MEDICINA ORGONÓMICA
Las Estructuras del Carácter
EL CARÁCTER LÍMITE O BORDERLINE
El niño después de nacer,
continúa en un espacio rodeado de protección por el cuidado de su madre. No
tiene lugar el nacimiento psicológico completo
hasta que el bebé diferencia, por si mismo, un espacio personal como una
entidad separada del espacio materno. Mucha gente no puede completar
satisfactoriamente este “segundo”
nacimiento. Este “segundo trauma” puede producir muchos trastornos de personalidad.
Parece que la persona impulsiva o el carácter límite o borderline siente que ha estado
empujada prematuramente y cruelmente fuera de este espacio materno y hace
intentos de obtener nuevamente el derecho a residir allí.
La separación prematura de la madre
es entonces experimentada como una terrible expulsión, ya que este espacio
interior (materno) esta idealizado como un maravilloso lugar d sueño y la
expulsión es sentida como ser lanzado prematuramente al vacio más absoluto, a
la inanición, al frio, al hambre y a la muerte.
Al ser expulsado de este estado
maternal, los bebés buscan desesperadamente otro lugar para instalarse que se
llama estado-marsupial. Parece
ser que la persona que tiene un carácter límite o borderline todavía necesita
vivir en este espacio marsupial
(como la bolsa del canguro) para poder sobrevivir en el mundo.
Pero este estado mental en el que
viven las personas con un carácter límite
o berderline y que residen constantemente en este espacio marsupial_
expulsadas del espacio materno- hace que las personas ni se sientan
completamente dentro ni se sientan completamente afuera de las relaciones
humanas, con los objetos de amor o en el mundo. Están como en el limbo. De aquí
la palabra “borderline”: vivir en el límite de la mente o del mundo.
No son ni niños ni adultos. Ni pequeños ni mayores. Ni amando, ni odiando. No
son ni homosexuales no heterosexuales, ni masculinos, ni del todo femeninos. Ni
completamente sanos no del todo enfermos. Pare ser que son personas a medio
hacer, o no completamente acabadas de hacer del todo.
Esta sensación de vivir
permanentemente en un estado marsupial
como refugio a consecuencia de ser empujado al espacio exterior del mundo fuera
de la madre, puede ser bueno hasta un cierto momento. Es como un espacio mental
de gran protección y seguridad. Pero
esta situación ambivalente de la mente de no estar situado, ni en un lugar ni
en el otro del mundo, es vivida a la larga con el dilema emocional claustrofóbico-agorafóbico.
Este espacio mental (marsupial) es un refugio que puede aparecer como un
lugar muy seguro y que está muy
idealizado cuando se encuentra fuera, como si fuera un anhelo y al mismo
tiempo puede volverse un lugar persecutorio
o paranoico en donde la persona misma se siente atrapada, cuando se
encuentra dentro. Las personas con un carácter
límite o borderline no se encuentran bien ni dentro ni fuera del mundo.
Este dilema claustrofóbico-agorafóbico
hace que uno sienta que no se puede encontrar un lugar en el mundo donde se
sienta verdaderamente seguro y feliz.
El espacio marsupial es un espacio mental en donde no se puede
quedar uno para siempre jamás. Tenemos que vivir en el mundo externo, tan cruel
entonces, pero es el único que tenemos. No podemos permanecer para siempre en
este estado marsupial, que está en
relación con el narcisismo por más seguro que sea, porque allí no hay
crecimiento ni desarrollo mental ni emocional.
Las personas con un carácter límite o borderline vuelven a
instalarse en un estado marsupial durante
la adolescencia. Por esto, estos adolescentes no se encuentran bien dentro de
una relación de pandilla de chicos o pandilla de chicas porque la sienten claustrofóbica.
Ni tampoco se encuentra bien fuera de las pandillas o en una relación amorosa
de cortejo porque la viven también agorafóbica y persecutoria.
El mundo externo es peligroso
para estas personas con un carácter límite o borderline. Pero no porque el
mundo externo se malo en sí mismo, sino porque el espacio marsupial en el que se vive está siempre idealizado, es como un
maravillosos mundo de sueño que es omnipotentemente bueno. Para las personas no
traumatizadas el mundo es bueno y malo a la vez. Es bueno cuando te quieren y
es malo cuando no te quieren. Pero es el mismo mundo.
Las personas con carácter límite o borderline a veces
huyen o cortan una relación emocional o amorosa simplemente por el miedo y el
pánico ( claustrofóbico) de no poder tolerar un compromiso emocional serio,
aceptando tanto lo que es bueno como lo que es malo de la relación amorosa o lo
que es bueno o malo dentro del objeto de amor. Supongo que la ansiedad que
sienten al tener una pareja real en el
mundo externo real, es demasiado para ellos, acostumbrados a vivir en este espacio marsupial idealizado (narcisismo) durante
tantos y tantos años.
Las personas que viven en este espacio marsupial que es psíquico y
emocional a la vez, no distinguen my bien el si mismo de los objetos de amor.
El si mismo está como fusionado con los
objetos (narcisismo). Seria como si entre las sillas en las que están
sentados los músicos de una orquesta, se sentara también el público,
confundidos unos con los otros sin ninguna separación.
Esto crearía una situación muy
claustrofóbica tanto para los músicos como para el público. Los músicos y el público
tienen que estar separados como el
si-mismo de los objetos de amor. Lo mismo seria si los jugadores de futbol
jugaran el campo de césped mezclados con el público. El carácter borderline no sabe separar, de una forma neta y clara, el si-mismo de los objetos de amor. Si
lo hace, los objetos de amor o se viven como idealizados o se viven como persecutorios.
El abandono del espacio marsupial, forzado por las
circunstancias de la vida de vivir con otras personas y quizás también
recordando la crueldad de ser empujado del espacio materno les crea, a las
personas con carácter límite o borderline,
una gran agresividad ( impulsividad)
que la sacan hacia los objetos de amor más cercanos. Son los caracteres impulsivos.
La parte destructiva (impulsiva)
formada en el Yo tan jovencísimo de la persona, por ser prematuramente y
cruelmente expulsado del mundo materno, puede adquirir un poder en el control
de la mente, consiguiendo un dominio sobre las otras partes más sanas de la propia
persona.
Es tanta la crueldad de ser
separado del mundo de la madre que las
personas con un carácter límite o borderline todavía recuerdan
inconscientemente este agravio tan monstruosos y aquella agresividad (típica de
bebés traumatizados) que la sacan hacia afuera con el Yo impulsivo.
Esta crueldad que padecieron de
bebés y el esfuerzo grandísimo de buscar-se un
espacio marsupial para poder sobrevivir, fuera del mundo de la madre, la
sacan en forma de impulsividad hacia
el si-mismo en forma de masoquismo y
también contra los objetos amor que son los que los quieren de verdad y que la
persona los necesita para recibir amor: sadismo.
Pienso que todas estas
experiencias tan traumáticas experimentadas en una edad tan temprana son la
causa más profunda de la impulsividad que se ve en las personas con un carácter límite o borderline…
Los familiares que viven cerca de
personas con un carácter límite o borderline
tiene que aceptar – a veces con mucho dolor en el corazón- la existencia de una
parte como verdaderamente destructiva, con la cual se ha de aprender a
convivir. Una parte que puede contenida, entendida y modificada por un tratamiento
psicoanalítico apropiado.
En los próximos números de
GiroSalut explicaremos el tratamiento psicoanalítico y el buen pronóstico para
estos caracteres límite o borderline.