Aquí tenéis la continuación del articulo que subimos al blog el pasado 15 de octubre sobre las funciones del Orgón en la formación del clima.
El articulo fue escrito por Wilhelm Reich.
Primera versión escrita en el verano de 1943. Revisada y expandida en el verano e 1946. Traducida del alemán por Derek y Inge Jordan.
Nosotros hemos realizado la traducción del inglés al castellano.
FUNCIONES DEL ORGON EN LA FORMACION DEL CLIMA
Wilhelm Reich
( Continuación...)
Este hecho coincide con otros dos
fenómenos que se derivan de la velocidad de descarga del electroscopio. Los
gráficos adjuntos muestran tres tipos básicos de fluctuaciones atmosféricas en
la tensión de la energía del orgón atmosférico: En un día claro seguido por
otro día claro; en un día claro soleado seguido por un día lluvioso; y
finalmente en tres días sucesivos con diferentes condiciones de sol o nubes,
pero sin lluvia.
El primer grafico fue trazado el
21 de julio de 1941 en Oquossoc, Maine. Podemos ver que hasta alrededor de las
5:30 p.m. las descargas del electroscopio se incrementaron en una curva uniforme
más o menos, es decir, tuvieron lugar más y más despacio. Desde las 5:30 p. m.
hasta las 10 p.m. la curva desciende otra vez en una forma uniforme y las
descargas del electroscopio ocurren un poco más
rápidamente ya que las
mediciones se realizan cada hora. El 22 de julio y el 23 el tiempo era soleado
y claro. El tipo de curva es el mismo en ambos días, excepto que una pequeña
cantidad de precipitación ocurrió el 22 de julio y aproximadamente 8:30 a.m.
Durante un breve periodo de 10 segundos_org tensión. No se habían tomado
medidas la noche anterior, por lo tanto, sólo se puede asumir que la tensión
había disminuido. Podemos deducir de esas curvas que durante todo el día el
orgón estaba uniformemente distribuido en la atmosfera; no hay diferencias en
la concentración. Por otro lado, la bajada y subida uniforme en las curvas
diarias indica que la densidad del orgón generalmente aumenta y disminuye en
todas partes. Hasta las 5:30 p.m. los niveles de orgón se acumulan en la
atmosfera y se vuelven más “tenues” de nuevo cuando el sol se pone. La
disminución en la tasa de descarga del electroscopio en las horas cálidas de
alrededor del mediodía va en contra de la visión de que la energía involucrada
es eléctrica, se supone que debido a la radiación más intensa se produce una
mayor acumulación de energía eléctrica en el aire, el electroscopio se
descargaría más rápidamente y no más despacio durante las horas del mediodía.
Para explicar la curva en el primer gráfico, no tendría sentido asumir que la
cantidad de energía es mayor temprano en la mañana y tarde en la noche y cae a
su nivel más bajo al mediodía cuando el sol es más fuerte. Por otro lado, estas
mediciones coinciden con las diferencias en la tensión orgónica medida dentro y
fuera del acumulador de orgón1.
La concentración de orgón en el aire
depende directamente de la intensidad de la radiación solar. Esto está también
confirmado por la fuerte subida en la diferencia de temperatura To-T2
medida a nivel del terreno y el hecho de que el plato de pesaje cae.
El segundo grafico presenta una
imagen diferente. En el 16 de julio de 1941, las condiciones del clima en
Oquossoc, Maine, eran claro y soleado todo el día, tal como eran el 21 de
julio. Pero, en este caso, después de un aumento constante en la curva has las
4p.m., vimos una rápida y completa caída de 14 minutos-org a 10 segundos-org
dentro de un periodo de media hora. Después de esto, la curva de la tensión del
orgón ya no subió, pero fluctuaba en el nivel de los 10 segundos-org hasta
altas horas de la
noche. Ocho horas después de la repentina bajada en la curva
se produjo una lluvia muy fuerte que duró toda la noche y el día siguiente. A
las 8 a.m. del 17 de julio la tensión de la energía atmosférica era solo de
alrededor de 1segundo-org. Permaneció en esta baja concentración hasta las 10
a.m. y luego se levantó a la cantidad e 4 minutos-org a las 4 p.m. mientras que
desde las 5 a las 9 p.m. retrocedió a 1 minuto-org. Esto significa que la energía
orgónica desapareció de la proximidad del electroscopio, es decir, de las áreas
cerca del terreno, aproximadamente alrededor de las 4:30 p.m., y después
reapareció a medianoche, en concentraciones locales a niveles más altos, como
nubes de tormenta cargadas. A medida que la atmosfera se aclaró, la
concentración original uniforme y más densa del orgón reapareció y esto se
reflejó en las correspondientes curvas diarias de los niveles más altos.
Alternativamente un tiempo
soleado y nublado prevaleció en los tres días sucesivos desde el 1 al 3 de
agosto de 1941. Las fluctuaciones diarias del orgón eran irregulares. En cada
caso, había una bajada repentina de tensión que no ocurría de manera
consistente en los días soleados. Al mismo tiempo, o poco después de que se
produjera esta caída, se formaban las nubes. La curva siempre subía cuando, o
un poco antes, el sol se abría paso; y siempre caía cuando el cielo ya estaba
nublado o se formaban las nubes.
Tomados en conjunto junto con
todas las demás observaciones, sólo hay una interpretación que responde
satisfactoriamente a todos estos fenómenos: la formación de nubes va con la disipación
de orgón libre de las capas inferiores de la atmosfera. La curva de tensión,
por lo tanto, debe caer puesto que la tensión es reducida en la superficie de
la tierra. Además, una vez que la nube se ha formado necesariamente bloquea la radiación
orgónica emanada desde el sol y evita que llegue a los niveles más bajos de la
atmosfera. La curva de la tensión orgonica atmosférica en consecuencia
permanece baja, de hecho, puede incluso continuar bajando. Pero nunca baja tan
bajo como antes de los aguaceros fuertes y duraderos. Si las nubes son
dispersadas otra vez por el viento o oros factores, la curva de tensión sube
hasta que alcanza aproximadamente valores normales. La radiación solar del
orgón puede una vez más penetrar en los estratos atmosféricos más profundos. La
tensión de la energía atmosférica crece.
Esta correlación entre las
fluctuaciones en la curva de tensión y la aparición o desaparición de las nubes
nos permite extraer la siguiente conclusión:
La aparición de nubes indica que
el orgón de los estratos bajos de la atmosfera se ha concentrado, junto con el
vapor de agua atmosférico, en un punto más alto en la atmosfera. Cuanto más
cálidos son los rayos del sol, es decir, cuanto más alta y pronunciada es la
subida anterior en la curva de la tensión del orgón atmosférico, cuanto más
rápido la concentración del orgón local que puede reunirse, se podrán formar
las nubes y la lluvia caerá. Cuando una tormenta surge de la nada
inesperadamente, es debido a una repentina concentración del orgón más vapor de
agua. Sabemos que el orgón es fácil y rápidamente absorbido por el agua ya que
cualquier clase de material cargado de orgón se puede descargar humedeciéndolo.
Las partículas de agua cargadas de orgón en el aire fluyen unas hacia las otras
y se mezclan. Como resultado, las partículas de agua se concentran y se hacen
mas grandes. La lluvia empieza a caer cuando las partículas de agua fusionadas
se hacen demasiado grandes para permanecer en suspensión en el aire.
La asunción de que el vapor de
agua se condensa en estratos más altos “más fríos” de la atmosfera me parece
incorrecta puesto que en los días cálidos de verano las nubes pueden formarse
en las capas cálidas del aire cercanas a la superficie de la tierra. En efecto,
los montañeros que escalan en los días cálidos de verano saben que hasta
altitudes de 3000 o 4000 metros, la temperatura del aire permanece
prácticamente la misma y, si acaso, tiende a incrementarse. Por otro lado, se
forman nubes en regiones mucho más bajas de la atmosfera.
Cuando nos paramos en los picos
de las altas montañas, miramos hacia un mar de nubes muy por debajo de
nosotros. En consecuencia, la condensación de vapor de agua a baja temperatura
no puede ser el factor responsable para la formación de nubes. Pero tampoco
puede ser la electricidad la que reúne en el contenido de agua de las nubes. El
agua de lluvia no contiene absolutamente sales minerales; es “blanda” comparada
con la “dura” agua cargada de sal encontrada en ríos y mares. Es difícil
imaginar como las cargas eléctricas pueden acumularse en agua sin sal puesto
que tales cargas sólo pueden adherirse a los átomos en forma de iones. El agua
en si no esta disociada en H y O en la nube y por lo tanto no puede ser la
portadora de cargas eléctricas. Y es totalmente inconcebible que la nube tiene
una “eléctrica positiva” carga puesto que entonces H cargado positivamente
tendría que disociarse de O. No podría haber lluvia, puesto que la lluvia
consiste en el neutral H2O.
La
asunción de que los electrones se adhieren a las partículas de agua tampoco
resiste la verificación puesto que, primero, es altamente improbable que tal
adhesión tuviera lugar; segundo, en tal caso las partículas de agua de las
nubes tendrían de estar cargadas negativamente´. No podrían estar cargadas
positivamente, puesto que entonces no habría relámpagos, ya que se supone que
la tierra está también cargada negativamente. ¿O es posible que los positrones
se unan a partículas no disociadas de agua? En resumen, todo el concepto que
las nubes llevan una carga eléctrica positiva es incorrecto y confuso.
( Continua...)