lunes, 25 de marzo de 2019

LO IRRACIONAL EN POLÍTICA- W. Reich ( I I )

 Aqui teneis la continuación de la última entrada del blog del dia 18 de marzo  que corresponde al artículo de W. Reich  publicado en el número especial de la revista SEXPOL ( París) , nº 18-19 "Vingt ans après" el 15 de diciembre de 1977.

( Continuación)
. . .


He tenido la suerte, si uno quiere, la mala suerte, de haber comprendido este hecho, no como la mayoría hacia 1942 solamente, sino ya en 1927, y de haber empezado entonces a estudiarlo. El primer contacto con la irracionalidad humana fue para mí un choque inmenso. Es increíble que yo haya sobrevivido sin volverme mentalmente enfermo. Se ha de comprender que esta experiencia me golpeo en plena adaptación a las formas de pensamiento comunes. Yo pasaba- sin tener una noción de lo que estaba en juego- por una clase de “estado inevitable”, es decir por un estado que se convirtió en  muy familiar estos diez últimos años para todo neófito en economía sexual y en orgonomía. Es así como uno puede caracterizar mejor este estado: es como si uno percibiera de un golpe la nihilidad científica, la absurdidad biológica y la nocividad social de ideas y de instituciones que hasta aquí habían parecido del todo completamente naturales y evidentes. Es una clase de experiencia de “fin del mundo” que encontramos tan a menudo en esquizofrénicos en su forma patológica. Me gustaría pensar que la forma esquizofrénica de la enfermedad mental se acompaña generalmente de un destello de lucidez acerca de la irracionalidad de los procesos sociales y políticos, y especialmente de la educación de los niños. Lo que nosotros llamamos el verdadero “progreso cultural” es esencialmente el resultado de dichos destellos de intuición límpida. Rousseau, Voltaire, Pestalozzi, Nietzsche y muchos otros, han sido los representantes. La diferencia entre la experiencia del esquizofrénico  y las intuiciones de los creadores poderosamente originales consiste en que las intuiciones revolucionarias despliegan sus efectos prácticos durante largos periodos, a menudo durante siglos. En el curso de las revoluciones sociales tales como aquellas de 1776 en América, de 1789 en Francia, de 1917 en Rusia, éstas son visiones racionales similares que invadían la sensibilidad de millones de persones. Con el tiempo, las “verdades radicales” se hacen tan obvias como lo fueron en el pasado las ideas y las instituciones irracionales. Que las visiones racionales conducen a depresiones en el individuo, o a una transformación racional de las condiciones sociales, esto depende de numerosas circunstancias. En el individuo esto depende ante todo de su  capacidad genital y de la organización racional de su pensamiento; en las masas, la salida depende de la integración del saber científico a las necesidades sociales. Es bien conocido que una intuición válida puede surgir prematuramente en un individuo, antes que el proceso social haya alcanzado el mismo grado de madurez. La historia de las ciencias y del desarrollo cultural proporciona muchos ejemplos. El eje del libro “Los Hombre en dificultad”, es el bloqueo de los procesos vitales simples y naturales por la irracionalidad social que, producida por seres enfermos, está anclada en el carácter de las masas humanes y adquiere así una importancia social. No es la organización racional existente de la vida social, sino al contrario la producción continua de irracionalismo político, que es una obra gigantesca. Es un problema verdaderamente diabólico. La energía biológica que a lo largo de una vida esta empleada de forma irracional en una biopatía podría, si ha estado dirigida racionalmente, resolver los grandes enigmas de la existencia humana. Ningún bio-psiquiatra en ejercicio puede escapar a esta conclusión. El sueño de una vida social mejor sigue siendo solo un sueño por la razón de que el pensamiento y los sentimientos humanos están cerrados a las funciones simples y todas funciones cercanas a la Vida. Este punto de vista central concerniente a los procesos vitales de una democracia el trabajo emergió espontáneamente en el curso de los acontecimientos.
Durante años, hice personalmente el experimento de la irracionalidad social en Europa central. Más tarde en tanto que medico e investigador científico, lo he sufrido personalmente de los demás. Durante años yo fui simultáneamente un hombre político (es decir un hombre que se interesa activamente de los asuntos sociales) y un trabajador, sin tener conciencia de la incompatibilidad entre el trabajo y  la política. El político en mí sucumbió, mientras que el medico, el investigador y sociólogo no solamente soportaron el caos social sino que incluso sobrevivieron. Yo tuve la ocasión de seguir sobre el terreno, y de sufrir personalmente el desarrollo de numerosas catástrofes políticas: el hundimiento de la monarquía austriaca; la breve dictadura de Hungría; la breve dictadura de Múnich; la caída de la social democracia austriaca, y de la República austriaca; el nacimiento y la caída de la República alemana. He vivido las emigraciones húngaras, austriacas y alemanas. Más tarde seguí el colapso de Checoslovaquia, la caída de Polonia, de Holanda, de Bélgica, de Dinamarca, de Noruega y de Francia. Yo he tenido lazos personales y profesionales con todos estos países. En todo este desastre político, un solo hecho emergía: tan pronto como un político había cruzado las fronteras de su país, se volvía inútil y no podía echar raíces en la sociedad, si por otro lado un trabajador pasaba las fronteras de su país podía recuperarse en cualquier otro lugar más o menos rápido, a menos de ser excluido profesionalmente y materialmente por los políticos.

Este solo hecho revela una verdad enorme: la política sufre de límites nacionales y locales; el trabajo es verdaderamente internacional y escapa a toda limitación por las fronteras. Es únicamente al final de este libro que podremos apreciar este estado de coses en todas sus consecuencias sociales. Hay ahora numerosos grupos en Europa y en otros lugares que han hecho de mis escritos sociológicos de 1927 a 1938 la base de su nueva orientación social. Es por eso que es necesario que precise mi punto de vista: yo asumo aún plenamente la responsabilidad de cada una de mis afirmaciones científicas, médicas o socio-pedagógicas de esta época, en la medida donde el trabajo posterior no ha impulsado correcciones o impulsará en el futuro. Las enseñanzas de la orgonomía individual y social permanecen esencialmente sin alterar en su estructura, y después de haberse sometido a la prueba de los eventos sociales de un alcance crucial, reposan sobre bases solidas. Las búsquedas sobre la energía orgónica, que se remontan aproximadamente a 1934, han proporcionado la base experimental de este cuerpo de enseñanza que no es un sistema de pensamiento cerrado. La economía sexual es hoy en día una rama reconocida de la biofísica y de la física científicas.

( Continua...)

lunes, 18 de marzo de 2019

LO IRRACIONAL EN POLÍTICA- W. Reich ( I )

Con nuevas energías y a dos días del equinoccio de primavera, queremos compartir en el blog este interesante artículo de W. Reich  publicado en el número especial de la revista SEXPOL ( París) , nº 18-19 "Vingt ans après" el 15 de diciembre de 1977.
40 años después de su publicación nos invita a reflexionar sobre su vigencia actual. Esperamos que lo disfruteis. Saludos.



WILHELM REICH

Los fascistas y los psicoanalistas lo acusaron de ser “comunista y agente de Moscú” los comunistas de ser un “contra-revolucionario agente de la burguesía”; una parte de la ciencia oficial lo ha acusado de “materialismo burdo” otra de “misticismo vitalista”; los estados demócratas-burgueses lo han perseguido como “elemento sospechoso perjudicial para el orden público”. Los USA, para acabar, han quemado sus obras antes de hacerle morir en prisión 1897-1957.









He aquí lo esencial de la introducción escrita en 1945, del libro People in trouble, que no apareció hasta 1953 en los Estados-Unidos (y que se publicará próximamente en Payot). Es un registro político, sobre política. Si Reich se afirma “contra la política de cualquier tipo”, es por la Vida y su expresión social racional que él se pronuncia firmemente.


LA POLÍTICA IRRACIONAL

En el origen yo era un clínico que únicamente estaba interesado en la ciencia y la filosofía, y no en la sociología ni incluso en la política. La evolución espontanea de la orgonomia, ciencia que yo fundé, me había conducido al principio, hacia 1919, al campo de la economía sexual individual y social. Es la economía sexual la que ha preparado el descubrimiento de la energía del orgón; la Energía Vital Cósmica.

Al mirar las cosas retrospectivamente en 1945, debo decir que el descubrimiento de la energía de orgón había girado por mis dedos por mis dedos, sin dejar de lado  las experiencias que se describen en este libro. Este descubrimiento debe la existencia a los obstáculos que le oponían la organización irracional de la sociedad humana y la estructura caracterial del animal humano del siglo XX. La necesidad de identificar estos obstáculos como expresiones patológicas de la vida,  no como de golpes del destino, y la necesidad de encontrar los medios de superarlos, nos proporcionaron los métodos de la búsqueda orgonómica. En aquella época ya no tenía la noción de la existencia de la energía cósmica de orgón más que cualquier psicoanalista ocupándose de la psicología de las profundidades o cualquier físico o biólogo interesándose sobre el magnetismo terrestre o la división celular. Como he subrayado a menudo no es el descubrimiento de la Energía Vital, sino al contrario, su no descubrimiento por un periodo de tiempo alrededor de veinticinco siglos, que fue efectivamente el efecto de la represión. Dos decenios de búsqueda clínica sobre la actitud humana de represión de los procesos vitales me condujeron al problema de la irracionalidad humana. ¿Por que razón el hombre no se defiende contra algo tanto como contra la aceptación de su ser, de su origen biológico y de su verdadera constitución? Yo no sabía nada  en la época de la degeneración biológica del animal humano, que ha amenazado su existencia individual y social durante milenios, de forma crónica y bajo la forma de catástrofes regularmente repetidas.


Teniendo esta pregunta en el espíritu, fui atrapado por una duda concerniente a la racionalidad de los procesos del pensamiento humano, duda que no me dejaría nunca más. Cuando la paz reinaba aún la duda tenía pocos alimentos. Las neurosis que Freud había sabido comprender de forma científica, aunque  únicamente solo en el plano psicológico, me parecían, como a todo el mundo, ser enfermedades afectando a organismos sanos. Si alguien antes de 1927, hubiera sostenido que  tantas instituciones sociales habían sido durante milenios  en el fondo irracionales, es decir patológicas, yo hubiera sido uno de sus adversarios más implacables. Desde entonces, la evolución de la Sociedad por todas partes en este mundo, empezando por Europa, ha vuelto banal el hecho de que el ser humano y la sociedad en la cual vive están psicológicamente enfermos en el sentido estrictamente psiquiátrico del nombre.*

(* continúa....)