Esta es la continuación del escrito , que publicamos el pasado día, 1 de julio sobre El Funcionalismo Orgonómico en la Naturaleza no Viva
Wilhelm Reich nos dejó un legado muy extenso, con nuevas formas de ver y de aproximarnos a nosotros mismos y a todo lo que nos rodea. Como ocurre muy a menudo, una parte de su obra es poco conocida; por este motivo en esta ocasión queremos compartir este texto que escribió sobre el Funcionalismo Orgonómico, un método de investigación y razonamiento que estaba mucho más cerca de la Naturaleza que otras técnicas de investigación de aquel momento.
( continuación...)
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FUNCIONALISMO ORGONÓMICO EN LA NATURALEZA-NO VIVA*
Wilhelm Reich
Hasta ahora, no he analizado lógicamente
este pensamiento innovador, sino que simplemente he descrito el curso de las
observaciones. Dejadme brevemente repetir los hechos: había visto la radiación
del orgón dentro de una caja de metal en la cual estaba guardando los radiantes
biones Sapa. Pero la radiación no se pudo eliminar de la caja de metal una vez
que yo había retirado los cultivos Sapa y los había almacenado a distancia de
la caja. La radiación persistió a pesar de no ser tan intensa como antes. Así,
la energía biológica no sólo existía dentro del organismo vivo. También existe
fuera del organismo. Filosóficamente hablando, esto es una banalidad. Si la
motilidad de un organismo depende de su energía, entonces se sigue lógicamente
que la misma energía también debe existir fuera del organismo. ¿De qué otra
forma podría entrar en el organismo? Esto condujo al descubrimiento del orgón
atmosférico durante el verano de 1940, alrededor de dieciocho meses después de
haber sido descubiertos los biones. La contraparte de la energía biológica
dentro del organismo había sido encontrada. Era la energía biológica activa en
la atmósfera. El orgón atmosférico y orgánico forman una antítesis funcional
cuyo principio funcional común ahora tenia que ser buscado. Dejadme anticipar
el resultado de mi investigación: El principio funcional común del orgón
atmosférico y organísmico es el orgón cósmico.
Ahora hemos conquistado un nuevo
marco funcional de referencia que une de manera práctica función de la vida, la
planetaria y la cósmica en una unidad funcional. Es una y la misma energía, el
orgón, que funciona en las tres áreas. En términos puramente deductivos la
atmósfera del planeta y los organismos vivos son dos variaciones especiales de
la función cósmica del orgón. Si ahora examinamos esas funciones en las
variaciones que las unen con la unidad funcional, podemos hacer declaraciones
correctas acerca del principio funcional común, la energía orgónica cósmica,
sin tener que volar al espacio. La función cósmica se ha vuelto directamente
accesible en el laboratorio. Veamos ahora las propiedades y procesos concretos
en los cuales esta identidad funcional está basada.
En una habitación oscura, el orgón
atmosférico tiene una apariencia azulada, oscilando del vapor gris-azulado a
puntos de luz azul-violeta. Es fácil de ver en el color azul una propiedad que
el Orgón atmosférico y organísmico tiene en común.
Los biones de tipo PA y protistas
tienen un brillo azul cuando se ven con unos buenos, microscopios equipados
apocromaticamente. También lo hacen los glóbulos rojos de sangre, los glóbulos
blancos de la sangre, los espermatozoides, etc.
El color azul del cielo fue explicado por los mecanicistas simplemente
como el “azul disperso del espectro de luz” y el color azul de las células fue
minimizado como “fenómeno refractivo”. Sin embargo, nosotros podemos extender
nuestro principio funcional con muchos hechos. Donde sea que encontremos en la
naturaleza el color azulado, azulado-gris y azul-violeta, el orgón cósmico es evidente,
por ejemplo, en las nubes de tormenta. Su color azul oscuro no puede ser un
reflejo del azul del cielo. Las nubes son grandes concentraciones de orgón
atmosférico y mantienen juntas grandes
masas de agua hasta que estas masas se vuelven demasiado grandes para la fuerza
de atracción del orgón concentrado. El agua cae entonces a la tierra en forma
de lluvia. Los océanos y los lagos son azules. Pero el agua tiene una fuerte
atracción para el orgón, y viceversa. La “neblina” envolviendo las distantes
montañas en los días cálidos es azul hacia el gris azulado y corresponde al orgón
sobre amplias áreas. El color de los destellos de la aurora boreal es azul. Pero
el color de las luciérnagas agitadas, ciertas ranas sexualmente excitadas,
madera bionicamente desintegrada, etc., etc., es también azul. El hecho de que
la energía biológica contenida en las hojas de las plantas es de color azul se
demuestra por el hecho de que cuando las hojas se marchitan en otoño, se
vuelven de amarillas a rojas, mientras que al inicio de su existencia son verdes.
Sabemos que la mezcla de amarillo y azul nos da el color verde. Por lo tanto,
el proceso de marchitamiento en las hojas está basado en el hecho que el azul
del orgón sale de las hojas verdes, y deja la coloración amarilla.
* Escrito 1947-48. Traducido del alemán al inglés por Derek and Inge Jordan
Traducido del inglés al castellano por Ascensión Martínez.