Ya pasado el ecuador del verano, nos vamos acercando poco a poco de nuevo al otoño, aún faltan días para llegar y, mientras tanto, podemos disfrutar de esos momentos en que el tiempo en algunas horas del día parece detenerse y nos invita a una lectura relajada y sin prisas.
Nosotros vamos continuado con la traducción del libro serializado escrito por Lois Wyell que se publicó en la revista Offshots of Orgonomy VII. Aquí tenéis una nueva entrada
( Continuación)
Ya que la FDA no había podido encontrar ningún motivo válido para oponerse a la distribución interestatal de los acumuladores, siguieron adelante con tests diseñados no para comprobar, sino para probar que la energía orgónica no exista. Fue una conclusión inevitable a la que llegaron. Su caso contra Reich se basó en que la energía orgonica no existe.
La FDA hizo una recomendación formal al Health, Education and Welfare Department, bajo cuya jurisdicción funcionaban, al cual pidieron acciones contra Reich e hicieron cosas tan deshonestas como pretender que el titulo de médico de Reich era sospechoso, cuando de hecho habían recibido in informe de Viena confirmando que tenia el titulo de médico por la Universidad de Viena. La recomendación estaba basada en estas falsificaciones deliberadas y en la falsificación de los tests sobre la eficacia del acumulador pero no mencionaban el centenar de declaraciones de profanos y médicos que los agentes de la FDA habían obtenido sobre los beneficios del acumulador.
La invalidez de los tests de la FDA esta documentada en varias publicaciones del Journal of Orgonomy ( más destacadas Vol.6, No 2 Vol.7, No 2), así que no voy a entrar en eso excepto para señalar que los tests realizados por los Jackson Laboratories en Maine por la FDA, que informaron que ratones cancerosos habían muerto poco después de haber sido puestos en el acumulador, eran tests en los que el acumulador se había puesto cerca de una máquina de rayos X. Reich había señalado que esto seria letal. Así que el test era de hecho una confirmación de los hallazgos de Reich, pero por supuesto el test se usó para negarlos.
La Recomendación de la FDA resultó en acciones legales que comenzaron el 10 de febrero de 1954 con la presentación de una queja contra Reich, Ilse Ollendorff y la Fundación Wilhelm Reich. La queja venia de la oficina de Peter Mills y alegaba que la FDA había demostrado la no existencia de la energía orgónica y que los acumuladores de energía orgónica eran por lo tanto “mal etiquetados” ( lo que significa que se hicieron afirmaciones falsas para ellos), mientras se presentaba el alquiler de los acumuladores como una estafa para ganar dinero. Se citaron historias de casos fuera de contexto para hacerlos engañosos, etc. Este documento fue tan descaradamente falso y retorcido,artificial y cruel que nadie que no lo haya leído puede creer que sea tan malo como es. Incluso leyéndolo no lo puedes creer es como leer Mein Kampf de Hitler. La mentalidad fascista estaba presente nuevamente en este documento, exponiendo mentiras tan escandalosas, tan fantásticas que uno se queda atónito e incrédulo.
Reich se sorprendió por este atroz documento, y durante tres días no hizo nada en absoluto. Finalmente decidió no contestar la queja, no dignificarla con una respuesta. Lo único malo de esta posición , por lo demás encomiable, es que permitió a la fiscalía obtener un decreto por defecto. No respondió a la Solicitud de Admisión ( una lista de unas 65 afirmaciones que Reich debía aceptar o negar) tampoco, lo que legalmente equivalía a una admisión. Ya que ni la queja ni la admisión habían sido contestadas de manera legalmente aceptable, Peter Mills solicitó una orden judicial por defecto y consiguió una.
Reich no acudió a los tribunales para defenderse ni de la queja ni de la demanda ya que, en sus palabras, “ tal acción implicaría admitir la autoridad de esa rama especial del gobierno para juzgar sobre la primordial, pre-atómica, energía orgónica cósmica.” Su postura fue que los tribunales no pueden y no deben juzgar la ciencia. Permitir que la FDA juzgara la investigación orgonómica sería conceder un poder dictatorial al gobierno. Personalmente familiarizado tanto con la dictadura nazi como con la comunista, Reich sintió fuertemente que el gobierno nunca debe ser la autoridad final en materias de investigación científica o creencias religiosas. Él probablemente también sabia que no tenia ninguna oportunidad en el tribunal, como lo demuestra ampliamente la historia del hombre de que el científico que introduce una nueva verdad radical para la humanidad es siempre condenado en el tribunal junto con su nueva verdad.
Reich no aceptaría un martirio involuntario ni la abolición de la libertad científica, por lo que no respondió yendo a los tribunales, sino enviando al juez Clifford una respuesta, que publicó, explicando por qué no obedecería la orden y expresando la convicción de que, dado que el mandato judicial era obviamente tan erróneo y su postura obviamente tan razonable, el juez desestimaría el caso, lo cual tenía autoridad para hacer. Clifford ignoró la respuesta,pero puedo abrirle los ojos sobre la orden judicial que había firmado, porque, cuando el caso llegó a los tribunales, fue reemplazado por el juez Sweeney.
( Continúa...)
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