lunes, 22 de julio de 2019

MAS MORATO DE CREIXELL. Un Jardín Terapéutico (3 )

Aquí tenéis una nueva entrada referida al Jardín Terapéutico que amplía la información sobre este tema del que ya hemos ido hablando en entradas anteriores que hemos ido publicando en el blog. Este nuevo artículo ha sido publicado por el Dr. Carles Frigola en la revista GiroSalut & BarnaSalut en el nº GS58-BS13






Mas Morató de Creixell DR. Carles Frigola


Una década de experiencias terapéuticas


Los jardines terapéuticos están diseñados para proveer experiencias somato-sensoriales que incrementen los niveles de funcionalidad y bienestar de las personas.

Es bien conocido que las personas comprometidas con la jardinería o con el mantenimiento rutinario de un jardín tienden a mejorar y reforzar las habilidades que ya tienen, así como formar y renovar habilidades físicas y mentales perdidas. Esto se consigue a través de la participación en actividades, bien de forma solitaria o bien en grupos y que pueden ser espontaneas o a través de trabajos terapéuticos ya programados como la arte-terapia o la horticultura.

Los jardines restaurativos normalmente están diseñados para personas con necesidades especiales, teniendo en cuenta  la edad, las habilidades físicas y cognitivas de los usuarios y su potencial para mejorar y recuperarse de las enfermedades o incapacidades.

Estos son los factores que influyen en la necesidad de un paisajismo apropiado.
Estas necesidades mentales, físicas y psicológicas han e ser encontradas en el jardín.

Principios terapéuticos para los jardines de rehabilitación:

Estos jardines han de ser un lugar muy seguro, tanto física como psicológicamente y han de estar provistos de tres niveles de compromiso terapéutico, a) programar unas actividades y disponer de un lugar físico para para hacerlas, b) crear oportunidades terapéuticas para los pacientes y c) el cumplimiento de las diferentes tareas que se organicen durante el día.

a      1)Desarrollo de las habilidades físicas, como pasear, recoger hojas, segar el césped, regar, podar, cortar flores, etc.…así como poder experimentar con el aprendizaje de todas las tareas con las herramientas que se utilizan: rastrillos, palas, azadas, cestos o simplemente con un bastón para pasear por diferentes niveles del suelo. Participar en la exploración somato-sensorial en todos los trabajos y con todos los utensilios y herramientas apropiadas para cada tarea especifica.

El simple acto de agacharse, arrodillarse en la hierba para recoger una flor, levantarse de nuevo, es en sí mismo un acto creativo, así como el placer de realizar tareas en las que utilizaremos tanto el cuerpo como la mente, la integración. Por otra parte, el trabajo en grupo comentando con los otros lo que estamos haciendo, y por ultimo el placer y la recompensa de recoger flores, hierbas, arbustos y vegetales.


2   2)Oportunidades de relacionarse física y emocionalmente con todo lo que representa el cuidado de un jardín que está vivo. La experiencia única de cuidar y nutrir a un ser vivo que responde y que nos da la noción de que la naturaleza está viva y que crece constantemente delante de nuestros ojos. En el jardín tenemos la posibilidad de ejercitar la responsabilidad de cuidar y la oportunidad de poder recuperar algunas de las habilidades y la identidad que hayamos podido perder. Por ultimo nos sirva para mejorar la memoria, como el hecho de recordar el nombre de las plantas, de las flores de los lugares en donde se encuentran, de explorar los límites de un lugar ya conocido, de descubrir nuevos rincones aún inexplorados y que existen en el jardín, o de participar en algo creativo en grupo, como una cosa lúdica y emocional, así como recibir el soporte y apoyo de los demás por los que empezamos a conocer y a interactuar en un jardín terapéutico.

         3)Cumplimiento de tareas. Cumplir las metas que nos hemos propuesto durante el día sin tensiones, agobios o exigencias hacia nosotros mismos. Incrementar progresivamente el crecimiento físico y psicológico desde el primer día en que participamos activamente en el jardín terapéutico, así como pensar como podemos mejorar y cuidarlo aún mejor con todos sus componentes. Cuidar de un jardín y todos los seres vivos que hay es lo que nos da confianza y sentimientos de valía, esto favorece una relación física y mental a través del trabajo.

Los que dirigen un jardín terapéutico han de saber organizar y programar las actividades para nuevos pacientes e introducirlos en la horticultura y en todas las tareas que comprenden el hecho de cuidarlo.

También los pueden acompañar pacientes ya veteranos que conozcan estas tareas. La gran profusión de plantas que hay en el jardín y las interrelaciones persona-planta, sirven para integrar i enfatizar las cualidades sensoriales a través de las prácticas de horticultura con todas sus herramientas, dando también la sensación de estar conectado con la naturaleza y con un sentimiento de seguridad.

Resumiendo diremos que los jardines terapéuticos son lugares únicos que promueven la independencia, reducen el estrés físico, mental y emocional y hacen que uno se sienta en un lugar especial, y sobre todo que puede realizar actividades a su manera, sin presiones de ninguna clase y con paz interior.



Dr. Carles Frigola,

Psiquiatra y psicoanalista. Medico Orgonomista. Premio Pascual Prats del Colegio de Médicos y de la Agrupación de Ciencias Médicas de Girona.

Trabaja en la Clínica de Medicina Orgonomica de Creixell (Borrassà) Telf. 972 506 291.

Para más información sobre este y otros temas, así como sobre el alojamiento terapéutico y los trabajos en grupo que se realizan en el Mas Morató, podéis consultar:

Facebook:
Fundació Wilhelm Reich



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