LA MEDICINA ORGONÓMICA
Las Estructuras del Carácter y los temperamentos
Dr. Carles Frigola
Los escritos de Paracelso
(1494-1541), el médico más famoso de Renacimiento, tuvieron tal difusión en su
tiempo que, aún hoy en día, en lenguaje coloquial nos referimos a una persona
con un carácter dulce ( que es tranquilo, flemático), un carácter amargo ( que
es colérico y está amargado), un carácter salado ( que es sanguíneo y dicharachero
), o el carácter ácido perteneciente al melancólico.
W. Reich siguió los pasos de
Paracelso y denominó a la parte fisiológica de la libido de Sigmund Freud,
energía orgónica. La palabra provenía del vocablo que había utilizado
anteriormente Paracelso al hablar del cuerpo humano como organismos, que incluía
y sobrepasaba la dualidad psicosomática entre el cuerpo y la mente como dos
entidades separadas. Dicotomía que todavía hoy en día sigue existiendo en la
medicina alopática.
Proponemos aquí una descripción de los temperamentos y seguiremos a Paracelso,
que era, como W. Reich, un sutil observador de la naturaleza del hombre y del
cosmos.
Para nuestro estudio deduciremos
a 4 los tipos de carácter: los sanguíneos, los nerviosos, los biliosos o
coléricos y los flemáticos. En realidad no hay un tipo exclusivo de carácter,
sino que cada persona tendrá estos cuatro caracteres mezclados en grados
desiguales en su personalidad total. Es decir, pueden variar desde los caracteres
equilibrados, que no muestran ninguna nota particular hasta los más desequilibrados.
Los sanguíneos.- Como dice su definición, la sangre predomina sobre los demás fluidos corporales. La tez es rosada, los ojos suelen ser claros o azules y los cabellos claros o rubios. Tienen un corazón vigoroso, que hace circular la sangre con rapidez, lo que le da a este carácter una vivacidad y un bienestar, aunque con la edad tenga tendencia a la robustez y a la gordura. Esto es debido al desgaste, ya que su economía energética mantiene la sangre de los sanguíneos siempre al “rojo vivo”.
Mentalmente es activo, pero superficial y mutable. Su sensibilidad es viva y aguda pero inconsistente. Es poco profundo y puede pasar de la risa y la carcajada al llanto profundo; del gozo a la tristeza.
Perdona con facilidad, porque aunque sufre de verdad por los agravios que experimenta en la vida, también es capaz de borrar la impresión dolorosa de una manera muy rápida. El corazón y los sentimientos se acomodan por instinto.
Con los amigos es sincero, tierno, abnegado y cariñoso. Los sanguíneos, por lo general, son amables, pero la amistad suele durar poco, ya que su corazón es inestable y tiende a cambiar fácilmente el objeto de amor. En ellos predomina el viejo proverbio: “Ojos que no ven, corazón que no siente”. Pueden sentir un profundo y amargo duelo por un familiar o un amigo que han perdido, pero en la conversación siguiente en el tanatorio puede salirle una sonora carcajada. O al revés, en medio de una fiesta o una situación social divertida, la presencia de una miseria de alguien cercano puede excitar su compasión y mostrar un sollozo y algunas lágrimas que no las reprimen. Son muy impresionables.
Los sanguíneos, tienen una inteligencia aguda, una buena memoria y una ardiente imaginación, pero también una gran pereza mental. Por decirlo de otra manera tiene más ardor que solidez. Sus impulsos son como leche hirviendo. Son buenos oradores, pero no son sabios en el sentido profundo del término. Con estas cualidades pueden alcanzar el éxito y el liderazgo rápidamente, ya que cuando hablan en público son encantadores y fáciles de palabra.
Son dichosos, joviales y de buen humor. Explican chistes con mucha gracia y suelen ser el centro de la atención en las reuniones sociales, ya que tienen mucha gracia en decir las cosas. Pero pueden llegar a ser en ocasiones vanidosos, mundanos e irreflexivos.
A los sanguíneos, les falta voluntad en sus acciones y suelen ser víctimas de los excesos, sobretodo en la comida y la bebida, ya que no tienen un freno para dominar los instintos.
Los sanguíneos si consiguen gobernar adecuadamente sus vidas son hombres y mujeres de grandes recursos, ya que son capaces de sacrificarse por una idea y su entusiasmo es contagioso. Asimilan rápidamente las cosas practicas y entran a saco en cualquier cuestión social y se “pegan” a ellas de una manera apasionada.
Tiene un corazón cautivador. Tiene también grandes anhelos para el bien común. Por esta razón, algunos sanguíneos se dedican a la política por vocación.
Pero como el carácter sanguíneo es inestable por naturaleza, algunos políticos suelen hacer promesas y juramentos de “todo corazón” a unos ciudadanos, sabiendo muy bien que los mismos juramentos y promesas los harán mañana a otros ciudadanos de signo contrario.
Como son agudos en los discursos, pueden penetrar ardientemente en los corazones ajenos. Son capaces de conmover a la demás personas en los mítines o en las apariciones públicas. Pero a los pocos días se habrán olvidado de las promesas que hicieron. La sangre de los sanguíneos circula demasiado rápido por la mente por así decirlo.
En el próximo número de Girosalut hablaremos de los biliosos o coléricos que son impetuosos, apasionados y voluntariosos.
El Dr.Carlos Frigola es psiquiatra, psicoanalista. Premio Pascual y Prats del Colegio de Médicos y de la Agrupación de Ciencias Médicas de Gerona. Dip. Tavistok Clínic y Institute of Human Relations. Londres.
Director de la Fundación Wilhelm Reich. Miembro del American College of Orgonomy. Autor de diversos libros. Trabaja en la Clínica de Medicina Orgonómica de Creixell. Borrassá. Tel. 972 50 62 91.
www. Wilhelm-reich.org y en el blog: compartir-wilhelmreich.blog
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