Aquí tenéis la continuación de la entrada anterior del 10 de abril, en la compartíamos el artículo publicado en la revista Sciencies orgonomiques . 2e Anné nº 7- 1987 del Dr. Giuseppe Cammarella : "L'orgonomie: une sciencie, une façon de vivre".
( Articulo del archivo de la FWR. Traducción del francés Ascensión Martínez)
Continuación...
LA ORGONOMIA: UNA CIENCIA, UNA MANERA DE VIVIR*
Doctor Giuseppe Cammarella, Nice
Miembro del Colegio Americano de Orgonomía, Princeton
Responsable del colegio Americano de Orgonomía en Europa
*(Adaptación de un texto leído en la 1ª reunión anual de información sobre la orgonomía que tuvo lugar en Niza el 8 de septiembre de 1987)
.......
Finalmente, después de años y años de búsqueda todo se volvió extremadamente claro. El hombre no es más que una partícula de energía cósmica, se baña todo él en este océano de energía. Al nacer todavía está dotado de esta profundidad cósmica distante (mirad la intensidad de la mirada de un bebé). Entonces, luego, empezamos a golpearlo emocionalmente, hacemos de él una marioneta miserable, un bufón en la corte de los hombres. Es expulsado del paraíso para siempre. Su núcleo cósmico, biológico, se asfixia gradualmente hasta que se borra por completo, mientras que tenga que vivir en el terreno de los terrícolas acorazados.
Tiene necesidad
de sus padres y ha de conservar su amor cueste lo que cueste, ya que está
puesta en juego su propia supervivencia. Debe doblegarse a sus exigencias y a
las exigencias de la sociedad, debe “adaptarse”. La actividad motriz, las
expresiones naturales (cólera, amor, miedo), el placer sexual ligado a ciertos
órganos (los ojos, labios, lengua, garganta, recto, uretra y los órganos
sexuales estrictamente hablando) todos estos placeres son inhibidos i
reprimidos. El cuadro se completa con la
falta de amor, de cuidados y de comprensión o por una indiferencia glaciar.
Todo esto produce en el niño una frustración,
que, a su vez, provoca la ansiedad o la cólera que también está forzado a
reprimir. Por consiguiente, el niño solo puede hacer dos cosas:
1.Reprimir sus emociones,
apretando la mandíbula, contrayéndose a nivel de las espaldas, reteniendo la
respiración, contractando el ano y retrayendo la pelvis.
2.No expresar sus emociones,
adoptando una expresión aburrida, inexpresiva, indiferente.
Todo esto se realiza a expensas
de la espontaneidad del niño: éste se pone rígido tanto en su musculatura como
en su carácter, y estas tensiones crónicas constituyen obstáculos al libre
flujo de la energía en su organismo. Por esta causa el reflejo orgástico se
encuentra abolido (es decir que está abolida la onda de excitación y de
movimiento que se propaga desde los centros vegetativos hacia la periferia del
bio-plasma); la respiración se encuentra bloqueada (en fase inspiratoria o
expiatoria, o bien se efectúa por grados); la actividad natural es reemplazada
entonces por expresiones artificiales (9).
Sus ojos que anteriormente fueron
dulces, vivos, chispeantes y en contacto- se encuentran cerrados o abiertos en
exceso, se hunden en las orbitas o se vuelven protuberantes, tomando una
expresión suplicante o arrogante. Su voz - que en principio era armoniosa,
melodiosa, clara y capaz de modulaciones- se vuelve ronca, estridente,
quejumbrosa, monótona o velada. El niño pone rígido su rostro, empuja sus
hombros (hacia adelante, hacia atrás o hacia arriba), hincha el pecho, bloquea
el diafragma, etc.…El niño que era serio se vuelve superficial; mientras antes
era dinámico y entusiasta se vuelve ahora apagado y dependiente (dependencia
neurótica), no sabe que hacer de él mismo ni de su vida. La inhibición de sus funciones
vitales provoca un aumento intolerable de energía sexual, que mientras antes
era fresca y móvil (el Orgón o energía vital) se convierte en estancada,
estática e inoperante (el DOR energía mortal) y es percibida en el organismo
bajo la forma de ansiedad. El niño busca ya sea fijar esta ansiedad en sus
músculos que se crispan y se vuelven hipertónicos, ya sea disminuyéndola,
disminuyendo el aporte de energía al organismo inhibiendo su respiración.
Es con esta grave limitación de
su funcionamiento biológico (coraza) que el niño se vuelve adulto: el amor
sexual es un deber de los sábados por la noche o un juego desvitalizado, en el
transcurso del acto sexual el movimiento del cuerpo está forzado
artificialmente, el deseo natural de penetrar (para el hombre) y de retener en
ella misma (para la mujer), da lugar al deseo sádico de perforar, desentrañar,
raspar y los fantasmas de violación. El trabajo es ejecutado de una forma
mecánica y sin entusiasmo. La sociabilidad se vuelve superficial y privada de
contacto profundo. El sentido orgonótico (capacidad inmediata de contacto
natural consigo mismo y el entorno) se pierde para siempre.
Todas las emociones autenticas
provenientes del núcleo biológico (fidelidad, integridad, amistad, amor, cortesía,
sinceridad, respeto, sentido de responsabilidad) chocan contra la coraza y son
deformados inevitablemente. Así el amor genital se convierte en pornografía, la
rectitud se vuelve astucia, la amistad y la fidelidad traición, la confianza en
sí mismo se vuelve dependencia neurótica de cualquier poder, la honestidad se
vuelve engaño, el respeto se vuelve obediencia servil. De esta forma el núcleo biológico,
fuente de pulsiones y emociones primarias naturales se encuentra sumergido en un
inmenso pantano de emociones deformadas y pulsiones secundarias (nivel
secundario) que uno busca esconder a través de una fachada aceptable para la
civilización del hombre llamado” normal”. El hombre está en la trampa, sus
emociones están encarceladas y él utilizará todos sus medios de defensa
posibles (caracterológicos y somáticos) con la finalidad de no dejarlas salir a
la superficie, puesto que esto seria muy embarazoso o terrorífico. Pero todo
tiene un límite. Más allá de un cierto punto, las defensas ya no son capaces de contener el
material reprimido y es entonces cuando tiene lugar la explosión de la
enfermedad llamada psico-somática o BIOPATIA
( más o menos grave) bajo diferentes formas:
Migraña, epilepsia, piromanía,
esquizofrenia, anorexia nerviosa, bulimia, depresión, asma, bruxismo,
tartamudeo, colitis ulcerosa, vaginismo, frigidez y hasta el cáncer.
Este último- como Reich ha
demostrado- es debido a la putrefacción EN VIVO del organismo, putrefacción que
se muestra localmente por el tumor canceroso (10). Las partes alcanzadas están
privadas de energía orgónica y los tejidos se sofocan literalmente. Es porque
hay una proliferación de la célula, es como si ella buscara desesperadamente la
energía.
¿Por qué ciertas personas
desarrollarán un cáncer y otras no? Es porque esta enfermedad está ligada al
carácter y en particular a la resignación caracterial (el médico que ha
organizado la expedición de las personas con cáncer a Mont Blanc, lo ha hecho
precisamente con este propósito, es decir, devolver a estos enfermos la
combatividad que les falta).
No hay comentarios:
Publicar un comentario