Actualmente estamos viviendo la pandemia del Covid-19. Una plaga que
implica una enfermedad altamente infecciosa y que afecta, ahora ya, a todos los
países.
También la plaga emocional se caracteriza por ser una enfermedad
altamente infecciosa, contagiosa y destructiva y que, como otras plagas también
puede ser mortal.
De igual forma la Energía Vital (energía
Ogónica) presente en la atmósfera puede enfermar.
Wilhelm Reich describió en
1951 y llamó DOR (Deadly Orgone Energy) a la
transformación de la energía orgónica del planeta en una forma de energía
muerta, que roba la vitalidad, al agua y el oxígeno a los seres vivos.
Hoy compartimos en el blog la traducción de una parte del artículo : Le fonctionalisme orgonomique appliqué à la météorologie: La sécheresse. publicado en la revista Sciences orgonomiques 6e Année Nº 17/18-1991 por el Dr. Richard Blasband.
La teoria de Wilhelm Reich sobre la formación de los desiertos
En 1951, Reich describió por
primera vez la energía orgónica mortal (DOR) (4; p.278) Irritando la energía
orgónica concentrada con pequeñas cantidades de radio, Reich encontró que el
orgón se volvía extremadamente excitado, febril. En este proceso de “reacción oranur
“como lo llamó Reich, se liberaba una forma toxica de energía de energía
orgónica. Su presencia era percibida por signos y síntomas de enfermedad: sensaciones
de asfixia, migrañas, congestiones nasales, náuseas, diarreas y reacciones
emocionales irracionales. Según Reich cuando está presente en la atmósfera, uno
tiene la sensación de que todo está envuelto de oscuridad o en el mejor de los
casos, de tristeza. No es algo que “entre en el paisaje” sino más bien” la
chispa de la vida que se escapa” (5). Los pájaros y los animales disminuyen sus
movimientos; las ramas de los árboles cuelgan perdiendo su turgencia y su
aspecto erguido; el color y la luz pierden su intensidad y su brillo.
La aparición de nubes de DOR en
mayo de 1952 empujó a Reich a desarrollar su cloudbuster conectando
tubos de metal hueco al agua i dirigiéndolos a ciertas direcciones especificas
pudo “atraer y hacer desaparecer” las nubes nocivas. Búsquedas ulteriores mostraron
que, utilizando el rompedor de nubes, se podían también realizar un cierto
número de cambios climáticos haciendo llover y suprimiendo la niebla.
En 1953, por tercer año
consecutivo, la reacción DOR en Orgonón – el lugar del laboratorio de Reich- se
intensificó considerablemente en el equinoccio de primavera. La reacción fue
tan importante que el laboratorio fue inhabitable durante meses. En el
equinoccio de otoño la reacción disminuía, como en los años precedentes. Por
esta razón y algunas otras, Reich comenzó a pensar que el DOR y su
contrapartida “pre-atómica” recientemente descubierta (el melanor) eran de
origen cósmico. El melanor es una sustancia negra que se deposita sobre la
superficie de las ramas de los árboles y de las rocas. Íntimamente asociada a
la presencia de DOR, el melanor no se puede, al igual que el DOR, explicarse
simplemente como siendo “polvo”, “hollín”, “humo”, “niebla”, o “smog”. Entre
otras cosas, estas “explicaciones” no pueden explicar su intenso efecto
biológico, el hecho de que se observen en el campo, lejos de toda industria, y
el efecto inmediato del CB sobre las nubes de DOR. Reich concluyó que el
melanor era “una energía orgonica cósmica del espacio exterior carente de oxígeno
y de agua” (6: p.17) hambrienta de sustancias esenciales para su vida, ataca
las rocas y los tejidos vivientes, para extraer el oxígeno, el agua y la
energía orgonica fresca. Esto explica la cianosis y la deshidratación vividas
durante” la emergencia “DOR.
Estos descubrimientos condujeron
hacia una búsqueda sobre la sequía y la formación de los desiertos. Para probar
su teoría según la cual los desiertos habían sido causados por el DOR, Reich se
fue a Tucson (Arizona) en el otoño de 1954. El viaje a través de Nueva
Inglaterra, los estados del Atlántico Medio y el Sur revelaron una destrucción
muy extensa de la vegetación debida a la formación aparentemente acelerada del
desierto.
Había un pesado DOR casi en todas
partes, especialmente en las grandes ciudades y su periferia. Una sequía que
había durado varios años en New Jersey había calcinado la tierra y matado los
árboles. La desintegración de las rocas bajo el ataque del melanor era muy avanzada,
especialmente en los valles en donde el DOR quedaba suspendido en cortinas
gruesas. (7: p. 116).
En Arizona, Reich encontró que la
formación del desierto podía ser revertida gracias a la utilización apropiada
del cloudbuster para quitar el DOR y reemplazarlo por una energía nueva
y por la humedad. Mas tarde, confirmó y amplió su teoría de la formación de los
desiertos unida al DOR, al melanor y a otras sustancias pre-atómicas. Y resumió
sus descubrimientos como sigue:
Los procesos de desintegración de
los árboles y de todos los bosques es debido a la predominancia de DOR en la
atmosfera. Una débil predominancia de DOR provoca la sequía, que, a su vez,
aumenta el DOR. Así según un circulo vicioso, la sed de agua aumenta al mismo
tiempo que disminuyen las precipitaciones. El proceso es lento y difícilmente
discernible. Se conocen pocas cosas sobre la erosión insidiosa de la vida. Cuando
la atmosfera se vuelve seca, haciendo perder progresivamente a las nubes su
cohesión y haciéndolas dispersarse más fácilmente, el nivel de humedad de la
atmosfera baja y la tierra comienza a desecarse. Los niveles del agua bajan
igualmente. La Energía Vital de la atmósfera tiene cada vez menos recursos de
humedad. Cada vez más, el DOR hace que el calor del sol se transforme en calor
“ardiente” o calor “desecante”. Por consiguiente, la Energía Vital, sedienta
hasta el extremo, recurre a la humedad presente en la vegetación. El DOR
penetra lentamente en los arboles de arriba hacia abajo y de la corteza hacia
el interior (7: p.152)
Entonces, Reich describe de
manera muy detallada como la vegetación muere lentamente a causa de la sequia y
como el suelo atacado por el DOR pasa de una tierra negra y grasa a un suelo
endurecido, más tarde a una arcilla roja y finalmente a una arena blanca. En la
fase final, incluso la vegetación espinosa secundaria morirá, dejando solo un
“paisaje lunar blancuzco”
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