lunes, 18 de marzo de 2019

LO IRRACIONAL EN POLÍTICA- W. Reich ( I )

Con nuevas energías y a dos días del equinoccio de primavera, queremos compartir en el blog este interesante artículo de W. Reich  publicado en el número especial de la revista SEXPOL ( París) , nº 18-19 "Vingt ans après" el 15 de diciembre de 1977.
40 años después de su publicación nos invita a reflexionar sobre su vigencia actual. Esperamos que lo disfruteis. Saludos.



WILHELM REICH

Los fascistas y los psicoanalistas lo acusaron de ser “comunista y agente de Moscú” los comunistas de ser un “contra-revolucionario agente de la burguesía”; una parte de la ciencia oficial lo ha acusado de “materialismo burdo” otra de “misticismo vitalista”; los estados demócratas-burgueses lo han perseguido como “elemento sospechoso perjudicial para el orden público”. Los USA, para acabar, han quemado sus obras antes de hacerle morir en prisión 1897-1957.









He aquí lo esencial de la introducción escrita en 1945, del libro People in trouble, que no apareció hasta 1953 en los Estados-Unidos (y que se publicará próximamente en Payot). Es un registro político, sobre política. Si Reich se afirma “contra la política de cualquier tipo”, es por la Vida y su expresión social racional que él se pronuncia firmemente.


LA POLÍTICA IRRACIONAL

En el origen yo era un clínico que únicamente estaba interesado en la ciencia y la filosofía, y no en la sociología ni incluso en la política. La evolución espontanea de la orgonomia, ciencia que yo fundé, me había conducido al principio, hacia 1919, al campo de la economía sexual individual y social. Es la economía sexual la que ha preparado el descubrimiento de la energía del orgón; la Energía Vital Cósmica.

Al mirar las cosas retrospectivamente en 1945, debo decir que el descubrimiento de la energía de orgón había girado por mis dedos por mis dedos, sin dejar de lado  las experiencias que se describen en este libro. Este descubrimiento debe la existencia a los obstáculos que le oponían la organización irracional de la sociedad humana y la estructura caracterial del animal humano del siglo XX. La necesidad de identificar estos obstáculos como expresiones patológicas de la vida,  no como de golpes del destino, y la necesidad de encontrar los medios de superarlos, nos proporcionaron los métodos de la búsqueda orgonómica. En aquella época ya no tenía la noción de la existencia de la energía cósmica de orgón más que cualquier psicoanalista ocupándose de la psicología de las profundidades o cualquier físico o biólogo interesándose sobre el magnetismo terrestre o la división celular. Como he subrayado a menudo no es el descubrimiento de la Energía Vital, sino al contrario, su no descubrimiento por un periodo de tiempo alrededor de veinticinco siglos, que fue efectivamente el efecto de la represión. Dos decenios de búsqueda clínica sobre la actitud humana de represión de los procesos vitales me condujeron al problema de la irracionalidad humana. ¿Por que razón el hombre no se defiende contra algo tanto como contra la aceptación de su ser, de su origen biológico y de su verdadera constitución? Yo no sabía nada  en la época de la degeneración biológica del animal humano, que ha amenazado su existencia individual y social durante milenios, de forma crónica y bajo la forma de catástrofes regularmente repetidas.


Teniendo esta pregunta en el espíritu, fui atrapado por una duda concerniente a la racionalidad de los procesos del pensamiento humano, duda que no me dejaría nunca más. Cuando la paz reinaba aún la duda tenía pocos alimentos. Las neurosis que Freud había sabido comprender de forma científica, aunque  únicamente solo en el plano psicológico, me parecían, como a todo el mundo, ser enfermedades afectando a organismos sanos. Si alguien antes de 1927, hubiera sostenido que  tantas instituciones sociales habían sido durante milenios  en el fondo irracionales, es decir patológicas, yo hubiera sido uno de sus adversarios más implacables. Desde entonces, la evolución de la Sociedad por todas partes en este mundo, empezando por Europa, ha vuelto banal el hecho de que el ser humano y la sociedad en la cual vive están psicológicamente enfermos en el sentido estrictamente psiquiátrico del nombre.*

(* continúa....)


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