jueves, 12 de junio de 2025

Orgón Terapia: Parte IV. La Aplicación del Pensamiento Funcional en la Práctica Médica ( I )

 Os compartimos este artículo sobre el Pensamiento Funcional, publicado por de Dr. Charles Konia, M.D. en la revista Jounal of Orgonomy vol.21 nº 1. Esperamos que lo disfruteis.





Orgón Terapia. Parte IV. La Aplicación del Pensamiento Funcional en la Práctica Médica.


Charles Konia, M.D


Una vez que el paciente se ha comprometido con la terapia y el terapeuta lo ha aceptado como paciente, se presenta la siguiente situación antitética: El paciente entra en la terapia con el deseo de estar bien y abandonar su armadura y, al mismo tiempo, siempre hay un miedo a dejar ir la armadura - sus defensas de protección. La motivación del paciente para estar bien es el factor más importante en determinar el pronóstico. Por otro lado, en algunos casos, a causa de su excesivo miedo el paciente puede llegar prácticamente a cualquier extremo para no abandonar sus defensas a pesar de un aparente afán por hacerlo. La base racional para este miedo que en última instancia se deriva de la temida ansiedad orgásmica, es que la armadura está y ha sido por mucho tiempo necesaria para la supervivencia del individuo. Cumple una función protectora vital. De hecho si la armadura se elimina prematuramente, como se hace a menudo por terapeutas no capacitados, pueden surgir serias consecuencias. La capacidad del terapeuta en la evaluación de lo que el paciente puede o no puede lograr en determinado tiempo, especialmente con respecto a su problema central, sigue siendo crítica hasta el final de la terapia. Cuando el terapeuta espera más o menos de lo que es capaz el paciente, la terapia se resentirá. Cada paciente tiene un tiempo determinado, una cierta capacidad para tolerar el movimiento espontáneo de la energía. Este límite debe ser conocido y respetado, de modo que el terapeuta pueda ayudar a aumentar gradualmente la tolerancia del paciente al movimiento energético. Los motivos del paciente para venir a la terapia deben ser también cuidadosamente evaluados para determinar que tan realistas son los deseos de estar bien.

Ya que el rasgo principal del carácter se convierte en la resistencia principal, el terapeuta debe llegar a un entendimiento del hilo rojo en la estructura del paciente lo más pronto posible.

A veces el paciente puede quejarse de que la terapia no progresa con suficiente rapidez. A pesar de que esta crítica puede ser legítima en algunos casos, el terapeuta no de be tomar esta afirmación categóricamente al pie de la letra, ya que a menudo es una resistencia contra la percepción de una emoción subyacente que amenaza con salir a la superficie. En los casos bien manejados, la terapia avanza tan rápidamente como el paciente puede gestionar bioenergéticamente. Hay caos raros en los cuales la terapia se desarrolla excepcionalmente rápida. Estos pacientes se sienten abrumados y expresan el deseo de que la terapia en realidad debería progresar más lentamente.


( Continúa ...)



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