sábado, 21 de junio de 2025

Orgón Terapia: Parte IV. La Aplicación del Pensamiento Funcional en la Práctica Médica ( II )

Aquí teneis la continuación del  artículo sobre el Pensamiento Funcional, publicado por de Dr. Charles Konia, M.D. en la revista Jounal of Orgonomy vol.21 nº 1. 




(Continuación... )


Pulsación biológica: La Antítesis entre Centro y Periferia


A. El Biosistema Total. Plena, la pulsación orgonótica sin restricciones es un prerequisito esencial para la salud biológica, cuyo sello distintivo es la aparición periódica de la convulsión orgástica en el abrazo sexual.

Hay un flujo libre de excitación desde el centro a la periferia ( biofísicamente, expansión; psicológicamente, placer, así como la capacidad de flujo sin impedimentos desde la periferia hacia el centro ( biofisicamente, contracción; psicologicamente, ansiedad). En circunstancias normales la dirección del movimiento energético es predominantemente hacia afuera desde el centro. Cuando el organismo está en una situación amenazante, el flujo cambia a la dirección opuesta. En organismos metazoarios, esta función pulsatoria está estructuralizada en el sistema nervioso autónomo (SNA) en el cual las divisiones del parasimpático y simpático son expresiones de expansión y contracción respectivamente. Eta oposición antagonista puede ser expresada funcionalmente de la siguiente manera:



 Si el organismo posee simetría radial, esta simple situación prevalecerá. Sin embargo a causa de la simetría bilateral en los metazoos superiores el flujo de energía a lo largo del eje se vuelve igualmente significativo. En el desarrollo embrionario este movimiento da como resultado tanto la deposición segmentaria de órganos como la formación del organismo total según la forma orgónica. El sistema nervioso central (CNS) representa la estructuralización de la forma orgónica como tejido

nervioso.

A causa de la presencia de la simetría bilateral el centro y la periferia asumen mayor importancia, el centro en este caso ocupa los segmentos de la zona torácica, diafragmática, y abdominal (el área del plexo solar) y la periferia que consta de ambos extremos del organismo ( la cabeza y la pelvis)

Etas son las zonas erógenas donde el organismo toma contacto con el mundo externo. En salud, los impulsos ( ambos psíquicos y somáticos) son generados en el núcleo biológico ( excitación central) y fluyen hacia afuera hacia ambos extremos del organismo (la periferia). Este flujo energético es también la base para la expulsión pulsatória de fluidos corporales.

La presencia de una biopatía está indicada por una perturbación de la pulsación orgonótica debida a la armadura. En presencia de la armadura el flujo energético esta impedido en ambas direcciones de modo que el organismo es incapaz de sentir no sólo placer intenso sino también ansiedad en toda su extensión. Esta es la función protectora de la armadura. Por lo tanto una de las primeras emociones que se liberan con la disolución de la armadura es la ansiedad que el paciente debe aprender a tolerar.

La armadura es generalmente quitada siguiendo una secuencia con un patrón definido basado en estas consideraciones energéticas. Hay dos aspectos de esta estratificación. Ambos se deben considerar siempre que la armadura se esta disolviendo.


1.La organización radial resultados en la formación de la armadura desde el núcleo ( centro) hacia la superficie ( periferia). Esto es valido para el organismo tanto en su conjunto como para cada segmento.


2. La organización longitudinal resultados en la superposición de la armadura desde el núcleo ( segmentos torácico y diafragmático) primero. Esto explica que la función respiratoria sea la primera en verse alterada. A esto le sigue un blindaje en los segmentos periféricos que contienen las zonas erógenas en una dirección cefalocaudal


( continúa...)


jueves, 12 de junio de 2025

Orgón Terapia: Parte IV. La Aplicación del Pensamiento Funcional en la Práctica Médica ( I )

 Os compartimos este artículo sobre el Pensamiento Funcional, publicado por de Dr. Charles Konia, M.D. en la revista Jounal of Orgonomy vol.21 nº 1. Esperamos que lo disfruteis.





Orgón Terapia. Parte IV. La Aplicación del Pensamiento Funcional en la Práctica Médica.


Charles Konia, M.D


Una vez que el paciente se ha comprometido con la terapia y el terapeuta lo ha aceptado como paciente, se presenta la siguiente situación antitética: El paciente entra en la terapia con el deseo de estar bien y abandonar su armadura y, al mismo tiempo, siempre hay un miedo a dejar ir la armadura - sus defensas de protección. La motivación del paciente para estar bien es el factor más importante en determinar el pronóstico. Por otro lado, en algunos casos, a causa de su excesivo miedo el paciente puede llegar prácticamente a cualquier extremo para no abandonar sus defensas a pesar de un aparente afán por hacerlo. La base racional para este miedo que en última instancia se deriva de la temida ansiedad orgásmica, es que la armadura está y ha sido por mucho tiempo necesaria para la supervivencia del individuo. Cumple una función protectora vital. De hecho si la armadura se elimina prematuramente, como se hace a menudo por terapeutas no capacitados, pueden surgir serias consecuencias. La capacidad del terapeuta en la evaluación de lo que el paciente puede o no puede lograr en determinado tiempo, especialmente con respecto a su problema central, sigue siendo crítica hasta el final de la terapia. Cuando el terapeuta espera más o menos de lo que es capaz el paciente, la terapia se resentirá. Cada paciente tiene un tiempo determinado, una cierta capacidad para tolerar el movimiento espontáneo de la energía. Este límite debe ser conocido y respetado, de modo que el terapeuta pueda ayudar a aumentar gradualmente la tolerancia del paciente al movimiento energético. Los motivos del paciente para venir a la terapia deben ser también cuidadosamente evaluados para determinar que tan realistas son los deseos de estar bien.

Ya que el rasgo principal del carácter se convierte en la resistencia principal, el terapeuta debe llegar a un entendimiento del hilo rojo en la estructura del paciente lo más pronto posible.

A veces el paciente puede quejarse de que la terapia no progresa con suficiente rapidez. A pesar de que esta crítica puede ser legítima en algunos casos, el terapeuta no de be tomar esta afirmación categóricamente al pie de la letra, ya que a menudo es una resistencia contra la percepción de una emoción subyacente que amenaza con salir a la superficie. En los casos bien manejados, la terapia avanza tan rápidamente como el paciente puede gestionar bioenergéticamente. Hay caos raros en los cuales la terapia se desarrolla excepcionalmente rápida. Estos pacientes se sienten abrumados y expresan el deseo de que la terapia en realidad debería progresar más lentamente.


( Continúa ...)