LA MEDICINA ORGONÓMICA
EL CARÁCTER OBSESIVO
Dr. Carles Frigola
Según Wilhelm Reich el carácter
obsesivo está estructurado en un sadismo fálico que está contenido-
secuestrado- por un control anal. Es decir el niño y la niña hizo un pésimo
aprendizaje de sus esfínteres y funciones excretoras entre los 2 y 3 años y
posiblemente fue forzado en este aprendizaje de las propias funciones
corporales por la madre. Según dijimos en anteriores números de GiroSalut, el
niño y la niña pasan por diversos estadios psico-sexuales, desde el nacimiento
hasta los 5 o 6 años. Estos estadios son: el estadio ocular, el oral, el anal,
el fálico o bisexual y el genital. Pues bien, el carácter obsesivo ha quedado
estancado y bloqueado precisamente en el estadio anal.
El cuerpo de las personas con
este carácter obsesivo se encuentra en un total espasmo muscular basado en el
miedo inconsciente a “perder el control” de los esfínteres. El compulsivo es
una máquina humana. Su característica básica es la precaución, que funciona
para defenderse de cualquier estímulo y para mantener un equilibrio psíquico.
En el nivel más profundo es una defensa contra el “ensuciarse”: todo debe estar
perfectamente bajo control. Cualquier forma de movimiento espontáneo representa
para este carácter un peligro. Sufre de una falta completa de espontaneidad
natural. En los casos más severos puede llegar a parecerse a un robot.
La obstinación, la duda y la
parsimonia son ejemplos del mal uso que hace el carácter obsesivo para controlar
el movimiento emocional natural.
Su estructura defensiva es
exactamente opuesta a la del carácter histérico. Las ideas sirven como un
poderoso bloqueo contra la percepción de las emociones. Dicho de otra manera:
es libre de pensar y de soñar con los
impulsos y los deseos más prohibidos y perversos, pero sin la correspondiente
excitación emocional. Los sentimientos están con el embrague puesto o en un
punto muerto, por así decirlo. Así la armadura corporal en la pelvis, los
hombros y la cara le otorgan unos rasgos duros, fríos, sin expresión.
La preocupación por el orden es
el rasgo de carácter más predominante. Existe también un pobre sentido social
de medir el tiempo basado en el miedo al movimiento espontáneo. La puntualidad
es algo desconocido para este carácter. El obsesivo dice y hace las cosas de
una forma parecida al trabajo de una máquina automática y tiene poca
consciencia de lo que significan las relaciones sociales. Su discurso y su
manera de comportarse con los demás y con el mundo externo están hechos con
prisa, como si estuviera presionado por un émbolo, por un tope imaginario. En
el fondo de si mismo existe un alto grado de resentimiento, tanto real como
imaginario, frente a la coacción y el constreñimiento que siente interiormente.
El carácter obsesivo no se adapta bien a los cambios bruscos que la vida le da, ni a las nuevas situaciones sociales que van pareciendo. Gasta mucho tiempo en detalles mínimos y deja de lado los asuntos cruciales importantes. Sin embargo, por lo que respecta al dinero y a los demás objetos de valor, es cuidadoso en extremo, aunque no es absolutamente tacaño. En el mejor de los casos puede ser un gran coleccionista o un buen y excelente trabajador de banca. Se siente mejor en los trabajos de crítica que en las actividades creativas. Es buen alumno, pero un mal artista.
Funciona por mecanismos reactivos, como el hecho de coleccionar cosas o ser muy adquisitivo. En el aspecto emocional, la simpatía innata que tienen, es otro de sus rasgos de carácter, así como los sentimientos de culpa, que provienen de los impulsos anales sádicos que pueden llegar a ser en ocasiones hostiles y agresivos. No obstante, por miedo a perder el control emocional es generalmente incisivo, retrospectivo, dudoso y mentiroso. Pueden aparecer enfermedades físicas y psicosomáticas graves debidas al alto grado de energía que está contrarrestada por la vida tranquila que suelen llevar.
La genitalidad sana o la capacidad de amar incondicional a los demás solo pueden ser alcanzados en forma de agresión sádica. Pero pronto abandona esta agresión sádica por la agresión anal. Así sus fantasías inconscientes de amor a las mujeres- o a los hombres, en el caso de mujeres obsesivas- son las de golpear, agredir o violar al objeto de amor. A veces suelta toda la carga de la represión acumulada: es decir, son brutales dando patadas y arañazos a todo el mundo y con estallidos de cólera repentina, Por lo demás el carácter obsesivo compensa estos sentimientos sádicos con sentimientos eróticos y estéticos que son más tolerables socialmente para salvar su propio narcisismo. El carácter obsesivo típico es como un adolescente modelo que después de descargar la rabia se deja invadir por los sentimientos de inferioridad y vacío y un imperioso deseo de empezar la vida de nuevo.
El carácter obsesivo tiene una tendencia a pensar como cavilando, dando vueltas a un asunto una y otra vez: una auténtica rumiación psíquica. Cuando una idea o un sentimiento han entrado en su cabeza, ya no hay fuera humana de sacarla de allí. Estas “cavilaciones” son, en realidad, aspectos reprimidos de ideas y sensaciones infantiles, sensaciones sexuales y masturbadoras que ahora aparecen disfrazadas en forma de cavilaciones.
Muy cuidadoso con el dinero y los objetos de valor, puede llegar incluso a ser avaro. El carácter obsesivo no es capaz de dejarse ir y abandonarse a los impulsos espontáneos, debe agarrarse a todo lo que toca. Como no puede permitirse ir al encuentro de los objetos, así que los objetos deben aproximarse a él: siempre los guarda y los colecciona. Puede llegar a ser pedante, minucioso y extremadamente detallista.
Debido al miedo interno que tiene a “perder el control” y a expresar lo que verdaderamente siente, este carácter siempre es indeciso, dudando constantemente y desconfiando.
Aquí debemos distinguir entre el carácter obsesivo simple y puro del carácter obsesivo compulsivo más grave al que se le diagnostica el TOC (trastorno obsesivo-compulsivo).
Este carácter se parece más al carácter paranoico- que hemos señalado en un anterior número de GiroSalut- o el carácter esquizofrénico del que hablaremos en otro artículo y que por supuesto estos dos últimos caracteres son mucho más graves y difíciles de manejar y tratar terapéuticamente.
El Dr.Carlos Frigola es psiquiatra, psicoanalista. Premio Pascual y Prats del Colegio de Médicos y de la Agrupación de Ciencias Médicas de Gerona. Dip. Tavistok Clínic y Institute of Human Relations. Londres.
Director de la Fundación Wilhelm Reich. Miembro del American College of Orgonomy. Autor de diversos libros. Trabaja en la Clínica de Medicina Orgonómica de Creixell. Borrassá. Tel. 972 50 62 91.
www. Wilhelm-reich.org y en el blog: compartir-wilhelmreich.blogspot.com
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