jueves, 10 de enero de 2013

MEDICINA ORGONÓMICA - EL CARÁCTER FÁLICO

Hola a todos, después del paréntesis de estos dias e iniciando el nuevo año; aqui estamos otra vez en el blog !
Esta nueva entrada corresponde al artículo publicado por el Dr. Carles Frigola en el nº 19 de la revista bimensual GiroSalut. El artículo describe las caraterísticas de una de las estructuras de carácter establecidas por W. Reich, en este caso trata sobre la estructura del carácter fálico.






LA MEDICINA ORGONÓMICA



EL CARÁCTER FÁLICO

Dr. Carles Frigola



Continuando con las estructuras del carácter descritas por W.Reich, describiremos hoy el carácter fálico narcisista. Es un carácter inflexible, siempre luchando contra el entorno para mantener una posición de superioridad y evitar así sucumbir a la pasividad. Su nivel energético está por encima de lo normal y sus impulsos sexuales y agresivos están muy bien desarrollados. Maneja sus conflictos a través de la proyección; sus acciones musculares son vigorosas y están dirigidas hacia afuera, pero siempre colocando una cierta distancia entre él mismo y aquellos rasgos de su carácter que sabe que podrían ser motivo de crítica, o bien la distancia emocional la coloca hacia los demás.

Controla agresivamente el entorno de acuerdo con sus propias necesidades narcisistas. Castra y anula a los otros para mantener su propio bienestar, sin importarle en absoluto las herramientas utilizadas para conseguirlo.

Tanto en sus relaciones sociales como personales siempre es incisivo; agujereando y penetrando a los que le rodean para así desactivar el ambiente que, en fantasía, le está amenazando. Cuando escoge una determinada ocupación, trabajo o profesión, siempre lo hará basándose en este principio. Así sus esfuerzos narcisistas pueden ser presentados de “propia mano”, dando siempre su propia visión de las cosas y expresando en cualquier circunstancia su sello personal.

Su narcisismo va acompañado de una exagerada confianza, observando el mundo como extensión de su propio ego. El mundo externo se identifica con el orgullo que siente por su “falo erecto”. Su cuerpo, sus necesidades, sus sentimientos, pensamientos, propiedades o cualquier otra cosa o persona son experimentaos como algo plenamente propio y real (narcisismo). Cualquier otra cosa (no narcisista) no es substancial, no es interesante y es percibida únicamente intelectualmente, sin ningún tipo de compromiso afectivo o con desdén.

Su narcisismo produce una doble realidad en sus percepciones. Sólo su mundo posee un significado, el mundo de fuera es relativamente incoloro. Esto da como resultado una mirada básicamente egoísta.

Básicamente hay una necesidad imperiosa de conseguir el triunfo: desea una admiración y aprobación fuera de lo que es normal. Por regla general da poco, excepto cuando recibe alguna cosa a cambio. Lo cuál es, generalmente siempre, mucho más de lo que suele dar. De esta forma a sus relaciones personales les falta continuidad y constancia. Sus intereses personales van dirigidos a aprovecharse de los demás, o a convertirse en un parásito.

El carácter fálico es incapaz de sentir sentimientos de simpatía, empatía o tristeza por alguien. Los contratiempos o el abandono hieren su narcisismo, delante de los cuales reacciona con rabia y deseos de venganza.

Su cuerpo es de complexión atlética, con una expresión facial masculina, dura, y que también puede ser femenina a pesar de su apariencia. La agresividad la demuestra, no tanto en lo que dice o hace, sino en como lo dice o hace. Es una persona espabilada que anticipa un ataque esperado atacando primero. Esta agresión es en realidad una defensa contra el hecho de entregarse emocionalmente y sentir su propia debilidad. Su autoconfianza, vigor y flexibilidad impresiona a cualquiera, pero esta puede derivar hacia la arrogancia, frialdad y altivez; rasgos que a menudo observamos en algunos presentadores de la televisión.
No le gusta ser un subordinado, a menos que él, al mismo tiempo, pueda mandar y dirigir a los demás. Desde el punto de vista sexual los hombres fálicos son potentes en la erección, pero impotentes en el orgasmo, lo cual da pie a que a veces menosprecien a las mujeres. Puede existir un potencial homosexual debido precisamente a esta impotencia orgástica.

Socialmente el carácter fálico puede variar desde el hombre y la mujer sanos, el deportista, el hombre de negocios, el atleta, el actor, hasta aspectos más enfermizos como sujetos psicópatas, paranoicos, drogadictos o delincuentes, dependiendo de la intensidad de los bloqueos infantiles.

En el caso de las mujeres, las estructuras fálicas también poseen un alto grado de autoconfianza, vigor físico y belleza natural, pero también pueden derivar hacia una sexualidad exclusivamente clitoridiana y en el lesbianismo activo. Algunas toman venganza hacia los hombre, castrándolos, y haciéndolos impotentes. La mujer fálico narcisista compite con el hombre que quiere y trata constantemente de “tomarle las medidas”. Un rasgo característico es provocar al hombre hacia una unión sexual (o intelectual) y entonces burlarse de él por ser incapaz de satisfacerla o de no estar a su altura.

Aún así, detrás de esta fachada agresiva se encuentra una persona débil, dependiente y tímida. La coraza es más marcada en el pecho, diafragma y piernas y muy fuerte en los hombros. Si es un fálico insatisfecho puede dar lugar a conductas tipo “Don Juan”, es decir promiscuas y si es un fálico reprimido, tiende a ser normalmente rígido ascético y partidario de una sexualidad puritana.

En otra ocasión dijimos que el estadio fálico sirve al niño para acercarse progresivamente al estadio genital. El carácter fálico ha estado severamente frustrado y decepcionado por el padre del sexo opuesto, alrededor de los cuatro años. Es decir la madre empuja “contra las cuerdas” las expresiones fálicas y narcisistas de hijo, lo cual equivale a un ataque de castración.

Por esto es niño empieza a sentir “venganza” hacia ella, lo que hace que produzca en su carácter una actitud y expresión de dureza. El fálico se identificará así con el padre del sexo opuesto, el cual es al mismo tiempo, en este caso, el padre frustrante. En otras palabras, se identifica con él para poder sobrevivir. Como dice el refrán popular “si no puedes ganarle, únete a él”. En la mujer el padre es la figura dominante.

Pero, en el fondo la actitud fálica es una defensa contra un profundo sentimiento de amor original reprimido que tuvo hacia la madre o el padre, que es precisamente la que la ha frustrado y decepcionado en su exhibicionismo fálico. Así pues, cuanto más cerca se encuentre el fálico narcisista de la personalidad adulta, menos compleja es su estructura y más fácil que se le pueda ayudar en el tratamiento del análisis del carácter y la orgonomía.

Carlos Frigola es psiquiatra, psicoanalista. Premio Pascual y Prats del Colegio de Médicos y de la Agrupación de Ciencias Médicas de Gerona. Dip. Tavistok Clínic y Institute of Human Relations. Londres. Director de la Fundación Wilhelm Reich. Miembro del American College of Orgonomy. Autor de diversos libros. Trabaja en la Clinica de Medicina Orgonómica de Creixell. Borrassá. Tel. 972 50 62 91. WWW. Wilhelm.reich.org y en elblog compartir-wilhelmreich.blogspot.com




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