domingo, 17 de julio de 2016

ORGONOMÍA Y COSMOLOGÍA

Nos vamos acercando ya al periodo de vacaciones en el que como en años anteriores la actividad del blog queda parada por el descanso de  las vacaciones de verano. Pero, aún tenemos días por delante.

Hoy y en las próximas semanas iremos subiendo al blog la traducción del texto leído en la 1ª reunión anual de información sobre orgonomía que tuvo lugar en Niza el 8 de septiembre de 1987 y que se publicó en la Revista: Sciencies orgonomiques.2º Année nº8- 1987.

El texto pertenece al Dr. Charles Konia. Médico orgonomista y psiquiatra, Easton, Pennsylvanie. Vice-presidente del Colegio Americano de Orgonomía, Princeton, New-Jersey (1987)




ORGONOMIA Y COSMOLOGIA


Dr. Charles Konia
Médico orgonomista y psiquiatra, Easton. Pennsylvanie
Vice-presidente del Colegio Americano de Orgonomia, Princeton, New-Jersey


Hay dos cuestiones fundamentales a las cuales la cosmología debe encontrar una respuesta adecuada: debe comprender el origen, la función y la estructura del universo de forma objetiva y debe comprender también como el hombre se enraíza en la naturaleza. La cosmología debe ser capaz de reconciliar la naturaleza subjetiva del hombre con el universo objetivo que lo rodea.

A través de la historia, la cosmología ha estado dominada por ciertos modelos de pensamiento. Desde hace dos mil años, la forma en que el hombre percibe la naturaleza a su alrededor a estado gobernada esencialmente por el  misticismo, o por el materialismo mecanicista. Antes del siglo XVI y el advenimiento de Copérnico, Tycho Brahé, Kepler, Galileo y Newton, la cosmología caía principalmente en el dominio religioso o místico. Estos hombres dieron un golpe mortal a la doctrina de la iglesia. Demostraron, entre otras cosas, que el sistema de Ptolomeo era erróneo (es el sol y no la tierra el que está en el centro del sistema solar); a continuación, los trazados descritos por los planetas alrededor del sol son elipses y no círculos perfectos; demostraron además, que debido a las manchas solares, el sol no era un cuerpo celeste inmaculado; y finalmente han mostrado que otros planetas como Júpiter se comportan como verdaderos sistemas solares en miniatura.

De estos descubrimientos sobre la naturaleza física se deduce, que el hombre no es único y situado en el centro del universo como había pretendido la doctrina de la iglesia y que, por otro lado, era posible  comprender la naturaleza por la razón.

En el siglo XIX, el trabajo de Darwin tuvo un efecto similar en el terreno biológico. Darwin demostró que el hombre comparte antepasados con los animales inferiores. Una vez más, esto probaba que el hombre no es único en el sentido místico del término.

Entre el siglo XVI y el XX, la doctrina cosmológica mística sufrió una transformación profunda, metamorfoseándose en una forma de pensamiento que llamamos materialismo mecanicista, no menos fundamentalmente destructivo para la humanidad- la naturaleza estaba concebida esencialmente como una máquina y la materia como el fundamento de todo fenómeno físico, incluidos los seres humanos. Esta nueva orientación también sufrió una aplastante derrota en tondos los campos excepto en uno, el reino circunscrito de la máquina y de la tecnología mecánica. Es probable que así como el mecanicismo ha reemplazado al misticismo, el funcionalismo orgonómico remplazará el mecanicismo dentro de unos pocos siglos venideros. De momento la cosmología está basada sobre la búsqueda de soluciones matemáticas a ciertas ecuaciones, aquellas sobre todas que están en relación con la teoría general  de la gravedad, propuesta por Einstein, y con ciertas observaciones que parecen confirmar las conclusiones matemáticas.

Hablaré pues de lo que distingue fundamentalmente la cosmología mecanicista de la cosmología funcionalista. Para el mecanicismo la masa es primordial;  ella es el fundamento de todo fenómeno natural. La materia y la energía electromagnética provenientes de la materia han existido siempre, su origen y su función no han sido nunca puestas en cuestión.

Hasta el final del siglo XIX aproximadamente, se consideraba como admitida la existencia de un fluido sutil y universal: el éter- el medio a través del cual la energía electromagnética se suponía que se propagaba. Un experimento realizado alrededor de 1880 y llamado el experimento Michelson- Morley, estaba destinado a demostrar la existencia del éter, pero debido a algunos prejuicios referentes al comportamiento del éter, se concluyo que éste no existía. Como resultado de este error se llevó a descuidar las funciones energéticas desprovistas de masa, y a considerar el espacio como estando vacío, preparando así el terreno para la teoría de la relatividad de Einstein.

Características de la energía orgónica

Según el funcionalismo orgonómico, la energía orgónica desprovista de masa es la base de todo fenómeno natural, comprendiendo la materia, la energía electro-magnética y las funciones del tiempo y el espacio. El tiempo y el espacio son igualmente funciones secundarias que se derivan del movimiento de la energía orgónica. El movimiento espontáneo constituye una de las características  fundamentales de la energía orgónica. La masa se crea continuamente a partir de la energía orgónica primaria repartida en el universo a través de la función de superposición. Todas las energías secundarias en la materia, tal como: la electricidad estática, el electromagnetismo, la energía nuclear, provienen de esta energía orgónica primaria que llena todo el espacio. No hay vacio en el espacio, solamente zonas de concentración más o menos fuerte de energía orgónica.

Dirección del movimiento de la energía. El mecanicismo afirma que la energía se desplaza de las concentraciones más altas hacia las concentraciones menos elevadas. La segunda ley de la termodinámica afirma que cuando un intercambio libre de calor se produce entre dos cuerpos, el calor pasará obligatoriamente del cuerpo más caliente al cuerpo menos caliente; toda sustancia posee una capacidad definida de trabajo, en función de su estado calorífico. Esta energía se acerca al cero a medida que la temperatura del cuerpo se dispersa y se acerca al cero absoluto. Cuando la energía disponible disminuye, La física clásica pretende que la entropía del universo aumenta constantemente y que el universo morirá, falto de calor, puesto que todo habrá alcanzado la misma temperatura.
Según el funcionalismo orgonómico, la energía se desplaza no solamente de concentraciones más elevadas hacia concentraciones menos elevadas, como lo afirma merecidamente el mecanicismo, sino de concentraciones más débiles hacia concentraciones más fuertes. Toda energía secundaria en la materia fluye en efecto de los potenciales más fuertes hacia los potenciales menos fuertes, de acuerdo con la segunda ley de la termodinámica. La energía orgonica por el contrario, se desplaza en la dirección opuesta, es decir del potencial menos elevado hacia el potencial más elevado; llamamos a este fenómeno el potencial orgonómico.

Cualidad del movimiento. Según los mecanicistas, todo movimiento es la consecuencia de procesos materiales; esto permite hacer previsiones concernientes al movimiento y constituye la base que hace posible la construcción de máquinas y la elaboración de la mecanización. Todo movimiento de la materia no viva está definido según las tres leyes del movimiento de Newton. Por el contrario, la energía secundaria se desplaza muy rápidamente. La energía electromagnética, por ejemplo, se desplaza a la velocidad de la luz, es rectilínea; es decir se desplaza siguiendo una línea recta. El movimiento curvilíneo ocurre sólo cuando una fuerza exterior regular es aplicada a una partícula en movimiento, por ejemplo: la órbita de los planetas alrededor del sol, el debilitamiento de la luz de una estrella debido al campo gravitacional estelar, o el movimiento en espiral de electrones en un campo magnético. La energía secundaria es siempre polarizada. Por ejemplo: el magnetismo, la electricidad, las partículas subatómicas pueden estar divididas en cargas negativas i positivas.
En general esta energía no depende de las funciones orgonóticas en la atmósfera, incluso si los procesos orgonóticos muy fuertemente cargados pueden ejercer una acción sobre ella. Finalmente, las energías secundarias se acompañan de efectos nefastos, en efecto destructivos, para los sistemas vivos. A diferencia de las energías secundarias, la energía orgonica se desplaza espontáneamente, nada la empuja a moverse. En su estado natural, se esta moviendo constantemente, penetra todo a velocidades variables. La materia orgánica atrae y retiene la energía orgónica, la materia inorgánica (los metales) la rechaza después de haberla atraído. El movimiento de la energía orgónica es relativamente lento, ondulatorio, así es posible observar las manifestaciones visualmente (como por ejemplo la luminosidad de una cámara oscura de orgón) o seguir el flujo de la energía alrededor de la tierra de Oeste a Este. El mismo movimiento puede estar percibido como una pulsación fluida en los sistemas vivos o como un plasma que fluye en la aurora boreal. El movimiento es siempre curvilíneo, nunca rectilíneo, traza espirales que son típicas. El movimiento no es polarizado y sus funciones dependen fuertemente de las funciones energéticas de la atmósfera.
La función de la creación

La función de la creación es, o bien totalmente ignorada por el mecanicismo y dejada a los teólogos místicos o bien comprendida en términos de la explosión primordial ( el “big band”).Según esta teoría, las galaxias han sido formadas en un abrir y cerrar de ojos hace veinte mil millones de años cuando toda la materia en el universo se ha aglomerado en un espacio extremadamente estrecho, el resultado de lo cual ha sido una gigantesca explosión que de nuevo a dispersado la materia, dando nacimiento a las galaxias. El origen de la materia se ignora. La vida se supone igualmente que había sido engendrada en un pasado muy lejano y en circunstancias bastante extraordinarias.

El funcionalismo orgonómico afirma que todos los sistemas naturales, y comprendiendo las galaxias, la vida y la materia, se someten a un proceso de creación continuo, gracia as la superposición de unidades de energía orgonómica cósmica. Por la función de superposición, Reich explicaba igualmente como el hombre y toda forma viviente se enraízan en la naturaleza. La cuestión que se planteaba Reich era la siguiente: ¿Cuál es la función natural, unitaria, que une al hombre y las áreas animadas e inanimadas en la naturaleza donde dibuja sus orígenes? La superposición de energía orgónica desprovista de masa es – según Reich- el principio funcional común que une los diversos campos de la biología, de la física y de la astrofísica.

Para el funcionalismo, toda forma viva esta gobernada por una pareja de funciones mecánicas, la tensión y la relajación, que esta funcionalmente asociada a una pareja de funciones energéticas, la carga y la descarga, y esto según una secuencia específica. La pulsación de la anergia orgónica asegura el mantenimiento de la secuencia y la combinación específica de estas dos funciones, que es la siguiente: tensión mecánica, seguida de una carga energética, seguida de una descarga energética y finalmente una relajación mecánica. Esta secuencia es el mismo ritmo de la vida, Reich  lo llamó la formula del orgasmo o de la vida.

Las etapas de la investigación de Reich.

Reich ha realizado un trabajo pionero en prácticamente todos los campos de la investigación fundamental sobre las ciencias naturales. ¿Qué es lo que hace a Reich como individuo, y su trabajo tan originales? Sigamos por un momento la cronología de sus investigaciones. Ha comenzado en el campo más superficial de la psicología durante el periodo psicoanalítico para abrirse enseguida al campo social, descubriendo el fundamento social de la miseria humana. Esto luego le llevó a un campo más extenso, el de la naturaleza y descubrió la coraza biológica. Su trabajo le condujo finalmente al campo de la física y de los espacios cósmicos. Su trabajo partió de los campos superficiales del conocimiento para ir finalmente a profundizar, dejando la disciplinas más estrechas para extenderse a esferas más amplias. Además cada campo de investigación era puesto en relación funcional como aquel que había estudiado con anterioridad. Así los diferentes campos de la naturaleza han estado unificados en la teoría como en la práctica. Zonas distintas y separadas de la investigación científica, creadas artificialmente por la ciencia mecanicista moderna, han estado unificadas gracias a las relaciones funcionales encontradas por Reich a lo largo de su investigación.

La segunda razón que explica la productividad creativa de Reich, es su modo de razonamiento y de observación únicos. El pensamiento de Reich se ha distinguido cualitativamente y cuantitativamente de los modos de pensar tradicionales. Nadia, ni antes ni después, no ha sabido utilizar su técnica con tanto rigor ni analizar la naturaleza con tanta precisión como él. La utilización de este modo de pensamiento y la observación es crucial si uno quiere determinar si se quieren determinar las evoluciones posibles de la investigación natural. Las observaciones imparciales y el contacto permanente con la naturaleza han permitido a Reich descubrir la energía  en la obra de la naturaleza en todas sus formas, Reich era único, en que él era capaz de ver la naturaleza tal como es realmente y de razonar sobre ella. Era como en niño que se obstinaba en ver al emperador sin sus ropas. Así vivió, en la soledad, con miles de años avanzado a su época, prácticamente desatendido de todos.

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sábado, 2 de julio de 2016

LA MEDICINA ORGONÓMICA. LA ALIMENTACIÓN ALQUIMICA II ( primera parte)

Continuando con el tema de las últimas entradas editadas en el blog, aqui teneis el articulo del  Dr. Carles Frigola publicado en el número 41 de la revista bimensual GiroSalut.
En este articulo nos habla sobre la alimentación alquímica, una alimentación a la que todos los sentidos están invitados y en la que la experiencia del tiempo y el espacio cobran una nueva dimensión. Me atrevería a decir que esta no es una alimentación "útil" siguiendo unas pautas generalizadas actuales que buscan una utilidad en todos los campos y,  que en concreto en el ámbito de la alimentación se centra en gran parte en mantener el peso, adelgazar, engordar, mejorar un rendimiento deportivo etc.. 
La alimentación alquímica nos devuelve la experiencia de nuestra integridad ya que abarca todo nuestro ser y nos conecta con la naturaleza de la que formamos parte.







LA MEDICINA ORGONÓMICA

LA ALIMENTACIÓN ALQUÍMICA II

Cada año al amainar los fríos del invierno, acostumbro a pasar unos días en el monasterio de Poblet conviviendo con los monjes y disfrutando de su hospitalidad. En cierta ocasión Fray Albert María Berenguer me invitó a visitar su laboratorio alquímico. Más que una cocina tradicional parecía una nave Galáctica. Instalada en un edificio del s.XV bastante bien conservado, su cocina me recordaba un laboratorio espacial, en donde todo parece estar diseñado por un ordenador. Los modernos aparatos electrodomésticos están espaciosamente alineados entre vidrieras que evocan que aquí el tiempo humano no existe. Los capiteles góticos que observamos desde dentro nos llevan inevitablemente a la historia de las piedras. A pesar del toque moderno, su cocina conserva íntegramente un clásico espíritu de finuras que mezcla la tradición culinaria con los olores y las especias. Un tipo de sensibilidad que es capaz de producir platos exquisitos.

Los olores tienen la capacidad de sumergirnos en un universo lleno de sensaciones, estímulos y percepciones. Los olores culinarios crean universos y nos conectan con la memoria atávica de la humanidad. Los sacerdotes egipcios conocían  el poder de los olores en las emociones humanas y en su conexión con el cerebro. Comprendían  la estrecha relación que existe entre los olores y la salud, la respiración y la mente. El historiador Plutarco relata que a la caída del crepúsculo, en algunos restaurantes del antiguo Egipto, se quemaban perfumes naturales de efectos tranquilizadores y sedantes (probablemente adormidera y beleño negro), con los cuales se impregnaba la atmósfera. Los antiguos egipcios ya conocían la cerveza y elaboraban más de veinte clases diferentes de pan.

Cervantes escribió en boca del Quijote: “La salud del cuerpo se fragua en la oficina del estómago.” La salud del estómago se forja, a su vez, en el laboratorio alquímico de la cocina. Los maestros cocineros que son los auténticos celebrantes de este antiquísimo arte, conocían las diferentes combustiones y sus exactas temperaturas en relación a cada utensilio con que preparaban el plato definitivo. Las diferentes maneras de cocinar, en armonía con cada uno de ellos: cobre, barro, arcilla, porcelana, hierro esmaltado, acero inoxidable, pírex, teflón, etc., son verdaderas operaciones alquímicas que sirven para elaborar cada alimento en relación con su energía específica, de acuerdo con el refinamiento culinario y cultural.


Cada alimento deriva de un determinado nivel de organización de la materia. Comemos alimentos orgánicos de los diferentes reinos de la naturaleza e incorporamos su fuerza vital, que transformaremos en altos niveles de energía mental. El hombre que sabe comer bien, transmutará la materia en energía psíquica. O como le pasaba a Salvador Dalí, que después de comer marisco en Can Duran de Figueres, podía transformar su sustancia orgánica en pintura y en arte. La personalidad es el órgano de la digestión de la experiencia.

La continuidad es una de las características del proceso de la alimentación alquímica: el producto de un primer estadio digestivo se convierte en materia prima para el segundo y así sucesivamente. De manera ininterrumpida, la materia alimenticia, a través de las secreciones del hígado y las demás encimas digestivas, se va convirtiendo en la forma i esta en energía al pasar por el cerebro a través del torrente sanguíneo. Esta última energía mental será la que dará color a la vida emocional e intelectual del comensal. De esta forma, la transformación alquímica de la materia (cruda o cocida) en el plato, depende, no únicamente de su calidad culinaria, sino de cómo ha estado transmutada hacia niveles más sutiles en la escala de las energías humanas y que será digerida por el comensal de acuerdo con su propia cultura gastronómica.

Fray Albert Maria Berenguer me hablaba de esta sacralización que es ciclo completo de la alquimia y que esta omnipresente en toda la naturaleza, y también en proceso constante de transmutación cósmica. Mientras paseábamos por las huertas de Poblet, me decía: “Mira, observa con tus propios ojos. Las plantas incorporan sales metálicas. Los invertebrados hacen suya la materia digital. Los vertebrados incorporan la totalidad de las plantas. El hombre digiere las plantas i demás vertebrados e invertebrados. Pero únicamente una criatura es capaz, ella sola, de digerir todos los reinos de la naturaleza, incluso los caparazones, las espinas y los huesos. Esta criatura viviente está delante tuyo: es nuestra madre Tierra”.

Y es que para esta clase de alimentación alquímica es esencial el conocimiento exhaustivo de las plantas condimentarías y su significado para la alimentación. Si descubrimos un viejo herbario de la edad media, o simplemente nos permitimos observar un libro de cocina del siglo pasado, comprobaremos con sorpresa que nuestros antepasados sabían más que nosotros en esta materia. Nuestros platos parecen necesitar de este arte milenario. El célebre libro de cocina de Apicius, escrito en tiempos del emperador Tiberio y que Fray Albert parecía conocer muy bien, incluye ya, los más conocidos de nuestros condimentos actuales.

La bibliografía culinaria de Fray Albert no son  los críticos gastronómicos que no le pueden enseñar algo que ellos ya dejaron de practicar hace mucho tiempo. Son simplemente el consejo de la abuela, los recuerdos de los sabores de la infancia y los errores de la temporada pasada. Sus conservas para guardar todo el año se nutren de la sabiduría que se apoya en la riqueza humildad. Un estilo de vida, viejo y nuevo al mismo tiempo, que llamamos autosuficiencia. Sus operaciones alquímicas: ahumar, salar, secar al sol, colgar en la despensa, cocer al baño María, dejar al sol y sereno y, toda la ayuda de los recursos naturales son su arte culinario. Como la ardilla y la hormiga, los monjes de Poblet comen en invierno los frutos que recogen en verano.

La cocina y el refectorio del Monasterio de Poblet son su corazón y su aparato digestivo, de la misma forma que la basílica y la sala capitular representan su sistema nervioso. La alquimia de Fray Albet Maria Berenguer trata de promover una nueva concienciación de la propia curación por las energías naturales. En el refectorio del siglo XIII los monjes comen en silencio y mastican los alimentos de manera armoniosa. Los principios de su dieta frugal nos conducen hacia un tipo de alimentación lejos de las substancias artificiales empleadas en la preparación de los alimentos de hoy en dia.

El Dr.Carlos Frigola es psiquiatra, psicoanalista. Premio Pascual y Prats del Colegio de Médicos y de la Agrupación de Ciencias Médicas de Gerona. Dip. Tavistok Clínic y Institute of Human Relations. Londres.
Director de la Fundación Wilhelm Reich. Miembro del American College of Orgonomy. Autor de diversos libros. Trabaja en la Clínica de Medicina Orgonómica de Creixell. Borrassá. Tel. 972 50 62 91.
www. Wilhelm-reich.org y en el blog: compartir-wilhelmreich.blogspot.com