domingo, 9 de noviembre de 2014

LA MEDICINA ORGONÓMICA - El CARÁCTER FLEMÁTICO

Continuando con las estructuras del Carácter y los Temperamentos, en esta entrada editamos en el blog el artículo escrito por el Dr. Carles Frigola en el nº31 de la revista bimensual GiroSalut y que en esta ocasión nos habla sobre el carácter flemático.




LA MEDICINA ORGONOMICA

Las estructuras del carácter y los Temperamentos

El carácter flemático

Dr. Carles Frigola

Las personas con un carácter flemático, en las cuales el sistema flemático o linfático se ha desarrollado en exceso a expensas del sistema sanguíneo, tienen por lo general un aspecto flojo y un cierto aire de insignificancia, con un cuerpo grueso y pesado.

Su rostro suele ser pálido, su nariz carnosa y ancha. Pero debemos observarlos más de cerca, porque debajo de su fachada externa a veces poco ventajosa a primera vista, que suelen ser personas apáticas y francamente perezosas y de faltos de fuerza, hay flemáticos de alta tonalidad emocional que se presentan como hombres y mujeres de gran valor. Éstos últimos son los que constituyen nuestro cuarto tipo de carácter.

Los individuos con un carácter flemático tienen una tez poco colorada, poca barba, cabellos ligeros y muy finos, ojos grises o verdes. Los músculos están poco desarrollados, con movimientos lentos y raros; tales son las señales exteriores para reconocer a los flemáticos. Su sensibilidad no es ni viva, ni fina, ni profunda. Los ataques injuriosos no les penetran muy adentro, ni les causan llagas muy dolorosas, como a los melancólicos.

No se sienten molestos por la falta de tacto que alguien puede mostrarles abiertamente, pero tampoco suelen sentir un gran placer por alguien que les colma de atenciones.

La inteligencia puede ser muy clara, es casi siempre juiciosa y prudente, pero no está enriquecida por la imaginación. Su lenguaje será claro, ordenado, justo y positivo. Lo que dicen, más que colorido tiene energía y es atractivo.

El trabajo científico, fruto de una larga paciencia y de investigaciones concienzudas, le conviene mejor a los flemáticos que las producciones originales en donde necesita tener el alma a flor de piel para realizárlas y disponer de pensamientos muy originales y personales. El corazón es bueno pero parece frío; se sacrifican hasta el heroísmo, si es preciso; pero raras veces este acto será espontáneo.

El carácter flemático es siempre reservado en la expresión de sus sentimientos porque su naturaleza es  áspera y ruda para toda clase de expresión. Todas sus cualidades emocionales las aprovecha él mismo primero para sus propios beneficios, aunque en el fondo desearía que los demás tuvieran más participación en sus expresiones.

La actividad es la nota distintiva del carácter flemático: es una actividad calmosa y mesurada. Mientras que los biliosos avanzan impetuosamente como un torrente, capaces de causar grandes estragos como de producir grandes acciones, el carácter flemático, por el contrario, se desliza majestuosamente como un río tranquilo, realizando grandes efectos también, pero sin causar ningún daño.

El poder de detenerse o el freno a la voluntad en los biliosos, es con frecuencia insuficiente. En el carácter flemático, por el contrario el freno tiene demasiada fuerza. Por esta razón el flemático es prudente, sensato, reflexivo, que obra con seguridad, que llega a sus fines sin violencia, porque aparta los obstáculos en lugar de romperlos.

Pero también puede perder las buenas ocasiones que le presenta la vida, porque tarda demasiado en ponerse en marcha; realiza menos obras, porque avanza con mucha lentitud y emplea en los actos energías demasiado débiles.

A él, como a los biliosos, les diríamos de buena gana: “Sed dueños de vosotros mismos”. Pero mientras que en el carácter bilioso el dominio de sí mismo consiste en contenerse y moderarse, en el flemático consiste en despertar y emplear sus fuerzas adormecidas.

El poder controlar las pasiones violentas y agresivas, diríamos que es fácil para los flemáticos. El deber dice al carácter bilioso: “Detente y abstente”. A los flemáticos les dice.”Despierta y trabaja.” Para ambos caracteres, la tarea es noble y difícil.

Por lo general, la actividad de los flemáticos suele ser fuerte, no se cansan nunca porque tienen la doble ventaja de la prudencia y la fecundidad. Sin embargo, al ser la actividad mesurada y prudente y demasiado débil y en muchos casos por debajo del nivel corriente, hace al carácter flemático un ser irreprochable, pero sin carácter.

Cuando el grado en la escala de actividad se acerca la cero, hace al carácter flemático un ser dormilón, vago, incapaz de ponerse en camino, o dando vueltas sin avanzar. El proceso terapéutico orgonómico, después de mucho esfuerzo, puede sacarles de su letargo.

El Dr.Carlos Frigola es psiquiatra, psicoanalista. Premio Pascual y Prats del Colegio de Médicos y de la Agrupación de Ciencias Médicas de Gerona. Dip. Tavistok Clínic y Institute of Human Relations. Londres.
 Director de la Fundación Wilhelm Reich. Miembro del American College of Orgonomy. Autor de diversos libros. Trabaja en la Clínica de Medicina Orgonómica de Creixell. Borrassá. Tel. 972 50 62 91.


 www. Wilhelm-reich.org y en el blog: compartir-wilhelmreich.blogspot.com